Jorge Mario Andrino Grotewold
* @jmag2010

“Sin equidad de género, activa, promovida y garantizada, ningún varón está habilitado a sentirse parte de un mundo de libertad, igualdad y fraternidad”.
–Eddie Abramovich, Diario Digital Femenino–

Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, como un motivo para recordar el desequilibrio que ha vivido la mujer alrededor del mundo históricamente, en donde se le ha considerado un ser inferior al hombre, y como consecuencia se le denigra, maltrata y veda de oportunidades laborales, sociales, electorales, de acceso a la justicia, de acceso a la información y un largo etcétera.

Para el 2017, los colectivos sociales de mujeres alrededor del mundo se han organizado nuevamente para manifestar su rechazo a estos procesos de discriminación, para incentivar las medidas afirmativas de política pública en favor de una equidad de género, y para denunciar las circunstancias e indicadores negativos que les toca vivir a las mujeres cada día, siendo Guatemala un verdadero representativo de todos estos graves hechos.

El movimiento identificado como “8M Paro Internacional de Mujeres” alcanza, según información de las redes sociales, más de 50 países, y aglutinará no solo mujeres, sino hombres también que de conformidad con su educación y respeto a los derechos humanos, apoyan la equidad de género, como un bastión de la sociedad y con la premisa de alcanzar un nivel de desarrollo igualitario.

El 8M persigue revelarse e incentivar al conglomerado mundial para alzar la voz y buscar detener circunstancias graves como es el aumento de la violencia contra la mujer, el acoso laboral y la discriminación de género como estigma de las sociedades en cualquier parte del mundo. La brecha salarial entre hombre-mujer, la desigualdad que viven las mujeres en cuanto al reconocimiento de sus derechos individuales, políticos, económicos, sociales y culturales, constituyen reclamos justos que ameritan la toma de acciones en favor de alcanzar esa equidad y además, detener todo lo que pueda significar desmedro hacia la mujer.

La recién estrenada película “Hidden Figures”, tomada de un caso de la vida real, es un claro ejemplo de una doble discriminación que se tuvo en Estados Unidos en los años sesenta, cuando a las mujeres de tez negra se les separaba de sanitarios, espacios de trabajo, bibliotecas, bebedores de agua potable, asientos en los buses e inclusive utensilios para tomar café en una misma habitación. Y es también, una enseñanza para hombres y mujeres, que si se rompe el círculo de la discriminación, y se otorgan las mismas oportunidades a los seres humanos, sin importar raza, sexo, condición o cualquier otra circunstancia que les haga diferentes, el beneficio es extraordinario. La NASA lo atestiguó en el momento más crítico de su historia, y las mujeres de tez negra demostraron sus capacidades superiores.

Guatemala no es la excepción a esta situación de las mujeres. Acciones afirmativas para alcanzar equidad de género son indispensables. Y el Estado en sí, gobierno y sociedad, deben luchar contra todo tipo de violencia contra la mujer, que incluye física, económica, psicológica y cultural.

Artículo anteriorTemas importantes a considerar en la Declaración Anual del ISR 2016 –Parte I–
Artículo siguienteEl deber de garantía de la seguridad jurídica