Jesús Abalcázar López
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A pesar de los esfuerzos realizados, aún no ha sido posible erradicar la práctica criminal de la venta de niños recién nacidos o de poca edad, debido a la astucia y argucias de los implicados.

Lleva mucho tiempo ya, el rentable negocio que muchos delincuentes criminales inescrupulosos o personas individuales interesadas y sus cómplices, llevan como bandas que se dedican a la compraventa de niños para ofrecerlos en adopción, al mejor postor. Claro que el negocio también se vincula con la venta ilícita de órganos humanos, aunque se piense que lo hacen para resolver problemas de salud de los afectados, digamos, también, para salvar una vida, pero de todas maneras, se hace mediante secuestro, robo, compra o adopciones irregulares de niños, que les causan daños irreparables a “los adoptados”, puesto que la adopción se ha forzado, mediante la venta o secuestro, especialmente de niños y jóvenes. Hay que reconocer que las autoridades, tanto de la Policía Nacional Civil, del Ministerio Público y de la Procuraduría General de la Nación, así como de otras entidades públicas y privadas, han trabajado para combatir este flagelo, pero aun así, falta mucho por hacer y, ante todo, para controlar y neutralizar este detestable negocio.

Se ha documentado que varias mujeres, seguramente, ya concertadas, para la venta de un niño, llegan al extremo de negarse a proporcionar su documento personal de identificación, DPI, llegando, incluso, a dar datos personales falsos, para evadir a la justicia, ya que les interesa obtener dinero a cambio de entregar a un hijo a familias interesadas, pero, haciéndolo de una manera ilícita. También pudiera ser que estas mujeres lo hagan para evadir su responsabilidad de la crianza de estos niños. Una estrategia, que usan los adoptantes, en estos casos, es la de recibir al niño e inscribirlo en el Registro Civil del Renap, a nombre de ellos, por lo que, de esta manera, desaparecen los padres biológicos, que han sido sustituidos por los adoptantes. Esta modalidad, se ha dado, derivado de que ya no se da, la intervención de un Notario en adopciones irregulares, por eso ahora lo hacen directo en el Renap, cambiando, previamente, la identidad de los padres, con lo cual la inscripción del niño se hace con los nombres de los adoptantes.

Sin duda que es vital la responsabilidad del médico que debe certificar el nacimiento, el cual está obligado a comprobar que los datos de la madre sean realmente los que corresponden, para evitar las alteraciones. En caso de que haya dudas u ocultamiento en los datos de la madre, el médico debe aplicar su ética profesional y su responsabilidad legal, para no validar los datos de la madre del niño, en caso de irregularidades, evitando así que se pueda consumar el fraude o alteración para facilitar el ilícito. Algunos hospitales han implementado medidas de seguridad, exigiendo el DPI de la futura madre, al ingresar al hospital y le toman sus huellas dactilares. Además, al nacer el niño, le colocan una pulsera con el nombre y el DPI de la progenitora, y, finalmente, el bebé debe ser registrado por la oficina del Renap, antes de abandonar el hospital. Como un comentario y recomendación, vamos a pedir a todos los ciudadanos, cooperar para detener esta práctica ilícita de adopciones ilegítimas, con el fin de lograr que las adopciones se hagan conforme la ley, para que esta institución sea un beneficio para los adoptados, evitando los abusos que al respecto se cometen.

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