Ayer, el diputado Adim Maldonado explicó que para el partido oficial, y como resultado de la operación política que encabezó el presidente Jimmy Morales desde la finca Presidencial Santo Tomás, se privilegiará obtener el control de la Comisión Legislativa de Finanzas y Moneda, así como el negocio de la Terminal de Contenedores Quetzal.

Para ponerle nombre a las cosas, Morales y su gente están colocando como prioridad la plata. Así de sencillo. Han entendido que en la Comisión de Finanzas se define el Listado Geográfico de Obras y con el negocio de TCQ se les debe hacer agua la boca a los miembros de la familia presidencial.

Evidentemente vender la imagen de incapacidad, falta de preparación y hasta de comediante de medio palo le ha servido a Morales en el ejercicio del poder para navegar con una bandera que no le corresponde, ya que debajo de la mesa se concentran en controlar el flujo financiero de un Estado corrupto del que el mismo Presidente dijo que con tantos controles no puede funcionar.

El asalto al Congreso de la manera en que se hizo, aprendiendo de las mañas de quienes se han asociado con Morales para tal objetivo como Roberto “Canela” González y el alcalde Arzú, por ejemplo, ha sido planificado con detenimiento para manejar una agenda que usa la plata como gancho pero que busca afianzar el control de los poderes paralelos en el sistema fallido con el que vivimos.

Es evidente que los problemas del país no son la prioridad de la actual administración y eso se nota con las prioridades de un gabinete que no ha tenido la capacidad de presentar una sola línea de política de Estado, pues a todo lo que se ha dedicado el Organismo Ejecutivo es a navegar de escándalo en escándalo como para generarse cuero ante la sociedad y para que las verdaderas acciones que han hecho con los involucrados en oscuros negocios ya no impresionen a la gente.

Es la única forma en que podemos explicar que un presidente tenga el descaro de llevar a sus familiares cuestionados a eventos públicos, que sus diputados digan que tienen como tarea apropiarse de los centros de administración de la plata, sin importar si es lícita, y que haya la intromisión entre poderes que ya conocemos sin que nadie diga nada.

La agenda del partido oficial se destapó. Evidentemente, tendrán también su rol importante de oposición a las reformas del sector justicia como ha quedado en evidencia y serán, sin empacho de aparentar lo contrario, los albañiles del muro de impunidad que proteja a los corruptos.

Artículo anteriorTomaron las de Villadiego
Artículo siguienteEl virus de la viruela: ¿más reciente de lo que se creía?