Nos ha quedado claro que las prácticas que utilizan las municipalidades se han ido modificando al mismo ritmo que la Municipalidad de Guatemala va implementando sus métodos para ocultar el uso de sus recursos, aprobación de licencias de construcción, creación de fideicomisos y, no digamos, el terriblemente corrupto tema del transporte urbano, con el Transurbano lleno de ilegalidades que, supuestamente, está siendo investigado en estos momentos por las autoridades que enfrentan, sin duda, serias presiones para dejar el caso.

Pero resulta que hay cuestiones en las que parece que se quiere hacer un desafío directo a la población y al mismo Estado de Derecho porque no puede ser que haya funcionarios tan ciegos de cometer los mismos errores por los que la ley parece que puede alcanzar a quienes han sido sus maestros.

El alcalde de Mixco, Neto Bran, se ha caracterizado por ser un populista absoluto. Pareciera que sus decisiones y sus actos están basados en qué conseguirá más apoyo en las redes sociales y cómo se afianza en aquella mezcla de que la política se alimenta de la emoción de quienes siguen al funcionario.

Es obvio que en eso se parece tanto a Álvaro Arzú, su admirado ídolo que ha logrado, vendiendo la idea de la “ciudad del futuro”, mantenernos en el caos de siempre y con la campante administración oscura que le ha caracterizado.

Resulta que ahora Bran, igual que con la antojadiza compra que entre Arzú, Colom, Torres y Fuentes Knight diseñaron para el negocio de Transurbano, quiere implementar un sistema de transporte que inicia con el pie equivocado porque no ha seguido los procedimientos legales para garantizar que la compra se lleva a cabo con la transparencia y honestidad que se requieren.

La municipalidad de Mixco viene de un período muy delicado en el que se señala de haber sido utilizada como reducto familiar y en el que las decisiones se tomaban, supuestamente, en base a los intereses de quienes rodeaban al alcalde. Pero esa forma tan criticada con que Otto Pérez Leal manejó la alcaldía es la misma con que Arzú, maestro de Bran, ha manejado la propia.

Son muy parecidos los casos entre el Transurbano y el Express Roosevelt. Pero también son tan parecidos los manejos que se han dado entre las comunas que nos debería invitar a una profunda fiscalización porque ya es demasiada la burla mientras que los procesos judiciales sólo llegan para aquellos alcaldes pequeños que, como dicen muchos, no le llegan al precio de la Contraloría General de Cuentas de la Nación.

Artículo anteriorLos compromisos del Presidente
Artículo siguienteColección Cisneros dona más de 100 obras de arte al MoMA