Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

Hoy publicamos un reportaje en el que se evidencia que todo lo que las empresas de cartón que conformó el Partido Patriota (PP) para captar fondos y aportar dinero a la campaña ocultando la identidad de los verdaderos financistas, se podrá repetir sin problemas en las elecciones del 2019.

Los cooptadores del presidente Morales, es decir, su grupo asesor para la segunda generación de reformas, dijeron que el financiamiento era lo mejor desarrollado en la reforma electoral y entonces resulta que lo aprobado por el Congreso a principio de año será lo que regirá en las próximas elecciones.

Los testaferros estarán a la orden del día, respecto a los aportes en especie, les interesa saber el monto del aporte pero no el origen, el límite para aportar se establece en función del techo de campaña y no en función de lo que cada quien genera y, por cómo se establecieron las cosas, podrán fiscalizar lo que sale en medios pero todo lo demás (que es a donde va buena parte del financiamiento) será prácticamente imposible de seguir la pista.

Morales entregó su futuro a Vinicio Cerezo y su Fundación Esquipulas (que tenía hasta a cuatro representantes en las reuniones) y por eso, entre otras cosas, debemos entender que el tema del financiamiento no sea parte importante porque al día de hoy a quienes Cerezo hizo millonarios siguen siendo los amos del sistema y opositores a los cambios.

A esos hoyos del financiamiento le debemos sumar que si los cooptadores de Morales no hacen nada agresivo, en el 2019 seguiremos votando por listados en donde se cuelan cantidades de mafiosos, incluyendo a aquellos que vía la reelección encuentran en la política la mejor forma de ordeñar al sistema.

Y volviendo al tema del financiamiento, como decía ayer el editorial de este medio, es importante entender que ese ha sido uno de los vicios por medio de los cuales quienes financian se terminan haciendo dueños del aparato estatal, sus recursos y las oportunidades.

“Si el caso de Cooptación encuentra la línea de investigación adecuada, se dará cuenta que el origen no está con los Patriotas y que, igual, el fin tampoco está con este caso. Esta es una ruta que viene desarrollándose por años y si se sigue jalando el hilo, el juez Gálvez deberá empezar nuevas audiencias en el Estadio Mateo Flores por la cantidad de quienes han estado involucrados en ese permanente ordeño de la vaca.

Solo queremos resaltar que con Portillo se vendió la idea del corrupto, y se olvidaron de los demás. Portillo y Pérez han sido corruptos, pero no perseguir al resto, es generar impunidad”, cerraba ayer el referido editorial.

En otras palabras, los vicios por ese financiamiento que Morales y sus asesores no quieren tocar viene siendo la piedra en el zapato de nuestro sistema y si queremos enfrentar ese vicio debemos hacer el mejor esfuerzo para regularlo en serio y de manera preventiva, porque si no, habremos de tener el debate sobre si el financiamiento público en un 100% debería ser el camino.

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