Aunque el grito de los manifestantes durante el año pasado fue de apoyo a la lucha contra la corrupción y la impunidad, y el mandato de los votantes fue contra las prácticas de la vieja política que nos ha tenido sumidos en el saqueo, la transa y el uso irracional del poder para beneficiar a unos pocos, pareciera que al presidente Jimmy Morales, a sus funcionarios y a la clase política ya se les olvidó y hacen esmerados esfuerzos por mantenerse como parte de ese sistema que solo funciona para los mismos.

Morales ha tenido un par de arranques en los que pareciera que a veces quisiera ser parte del cambio, pero por un paso que da al frente, retrocede ocho como está sucediendo, por ejemplo, con su polarizador discurso en relación al conflicto armado, al rol del Ejército en las tareas de seguridad ciudadana y en el manejo presupuestario del Estado.

De igual manera, ahora que empiezan las reuniones informativas sobre la reforma al sector Justicia, los diputados se ponen a cuestionar a los actores del sector que han tenido el contacto directo con la gente en el interior del país sobre los mejores procedimientos para ejercer el poder. ¿Pueden creerlo? Pues así es que a quienes deberíamos estar depurando por ser el rostro del descaro y la corrupción, defienden sin la más mínima pena los privilegios con los que se han protegido para construir el muro de la impunidad.

Y qué decir de los funcionarios de gobierno que se montaron en el carro que venía andando. Porque no hemos sabido que se haya cambiado radicalmente el método de adquisiciones de medicamentos, los contratos en comunicaciones, el manejo de Energía y Minas, los privilegios al Ejército, etc., mientras Finanzas ahorca al Ministerio Público y demás instancias del sector Justicia. Entonces mejor no hacer olas y evitar que alguien se inmute ante algún escándalo, en lugar de dar un golpe fuerte sobre la mesa para transformar el ejercicio del poder.

Muchas veces se ha hablado de la necesidad de un liderazgo responsable que ayude a guiar en la ruta hacia el cambio, y la oportunidad sigue estando aun cuando muchos voltean a otro lado para hacerse los locos.

Y terminamos sabiendo que los únicos responsables al final del día, seremos los ciudadanos que hemos dejado que en nuestra cara se hagan todos estos desmanes y nos digan que lo que pedimos en la plaza y lo que demandamos en las urnas, les importa un comino. ¿Quiere ser líder, Presidente? La sociedad debe demandar acciones.

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