Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Hace como un mes, conversando con una persona muy querida sobre la peculiar campaña electoral norteamericana donde el empresario Donald Trump, absolutamente ignorante de los asuntos de Estado, se posicionó como candidato presidencial del partido Republicano, gracias a la cobertura que la prensa brinda a sus descabelladas y groseras propuestas, me decía esa persona que la personalidad de Trump se le hacía a la de nuestro Alcalde Álvaro Arzú, quien también presume de no ser político y de no actuar conforme a las reglas y normas elementales de la conducción del Estado, no digamos la rendición de cuentas que se espera de cualquier funcionario público. El recordado Tuna Skinner Klee lo definió hace años como un hombre con una ignorancia enciclopédica porque abarca todos los campos del saber humano, es decir, bastante parecido a Trump.

Ayer, cuando escuché el audio en el que ofreció a los vendedores darles garrotes para que agarren a morongazos a sus competidores, se me confirmó que realmente son dos personalidades muy parecidas. Pero cuando el vocero de la Municipalidad dijo que se habían sacado de contexto las palabras de Arzú, no me cupo duda de que son idénticos con Trump, puesto que es la misma excusa que el empresario norteamericano utiliza cada vez que es cuestionado por alguna declaración grosera y abusiva, de las que profiere a cada rato con esa insolencia tan propia de los ignorantes.

Cuando un lechero se atravesó con tragos en su camino, sus guardaespaldas actuaron a morongazos y mataron al pobre Sas Rompiche, y luego se inventó la macabra payasada de una conspiración para perpetrar un magnicidio. Cuando dispusieron privatizar la telefónica, no se respetaron los procedimientos de ley para concesionar un servicio público como el de la telefonía, sino que se dispuso, a morongazos según su estilo, crear una sociedad anónima con los bienes de Guatel, para venderla como si fuera una empresa privada al compadre hablado.

Si la Ley de Compras y Contrataciones establece muchos controles, a morongazos se dispone operar mediante fideicomisos públicos que manejan los bancos con la protección del secreto bancario y de esa manera no tiene que rendirle cuentas a nadie y puede colocar a sus paniaguados y parientes en la nómina de las operaciones encubiertas.

Trump ha dicho que hará un muro como le dé la gana y que obligará a México a pagar. Que pondrá impuestos a todos los productos amparados por los Tratados De Libre Comercio, que impedirá que musulmanes entren a Estados Unidos y con enorme racismo dijo que un juez de ancestro mexicano no lo puede juzgar a él, ignorando que él mismo viene de inmigrantes y que ese país es un crisol de razas y culturas.

La gran preocupación en Estados Unidos hoy es qué haría Trump con el dedo en el gatillo del arsenal nuclear. Yo creo que tiraría “morongazos” a diestra y siniestra o, mejor dicho, repartiría garrotes para que otros cometan el delito de agredir, tal y como lo plantea Arzú quien se asegura que sean otros los que incurran en el delito de agarrar a palos a quienes le caen mal al Alcalde.

Y para quien no esté a gusto, para eso tiene a Lima listo, por si hay que recurrir a algo más que a morongazos.

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