Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

TCQ, diputados, ley electoral, antejuicios, pobreza…

El viernes en un almuerzo con un buen amigo, él me dijo “aunque vos digás que no, Guatemala ha cambiado” y yo le repliqué, “vamos en proceso de cambio, pero aún no hemos logrado cambiar”.

Y mi postura es bien sencilla, puesto que creo que vamos en buen camino pero aún estoy lejos de poder dormir satisfecho de pensar que los grandes vicios de nuestro sistema, aquellos que permiten tener la podredumbre que hoy vemos, están acabados o si quiera controlados.

El caso de TCQ tuvo un giro inesperado porque ya tenían en el ajo al Presidente, pero la oportuna intervención de algunos más la renuncia de la Procuradora General de la Nación (PGN), hizo que las barbas se pusieran en remojo y se cayera lo que habían “acordado” con los abogados de APM.

Pero la batalla aún no está ganada y eso tampoco quiere decir que las reglas hayan cambiado para evitar que los demás casos como TCQ que han gestado los padres de los negocios de cuello blanco, estén en la mira; entonces vamos bien, pero no hemos logrado llegar al fondo.

Vamos bien porque ya hay buena cantidad de diputados con antejuicio y eso permite evidenciar las calidades de quienes nos representan, pero eso no quiere decir que con esos 15 antejuiciados vamos a lograr que el Congreso cambie desde sus raíces. Vamos mejor porque ya vimos cómo se roban el pisto en el Legislativo, pero falta aún porque los pícaros deben devolver el dinero.

Vamos bien porque estamos empezando un nuevo proceso para intentar nuevas reformas a la ley electoral, pero eso no quiere decir que con lo que se aprobó los vicios del sistema desaparecen, sino por el contrario, se consolidan los cacicazgos, se cierra la puerta a la democratización de los partidos, se aseguraron que sigamos eligiendo por listados para poder colar a muchos indeseables y que el dinero aportado sea fácil de ocultar, entre muchas otras cosas.

Vamos bien porque estamos discutiendo si en realidad vale la pena seguir con los antejuicios, pero hoy por hoy ese es el mayor impedimento para investigar a tanto representante del Estado corrupto (funcionarios, jueces, diputados, etc.).

Vamos bien porque estamos debatiendo las reformas al sector justicia, pero seguimos en trapos de cucaracha porque ahora que hay diputados enjuiciados, vemos que tienen posibilidad de ser defendidos por quienes ellos eligieron como magistrados en el 2014 en uno de los más grandes pactos de impunidad que el país ha visto.

Vamos mejor porque al menos ya le pusimos un número mínimo a los marginados de este país (60%), sabemos cuánto aportan los migrantes a una economía que ellos mantienen respirando artificialmente, pero estamos mal aún porque las causas que niegan las oportunidades a millones, las razones por las que la educación y la salud son un lujo, un privilegio para pocos, están ahí vivitas y coleando.

Y por ello es que mi punto es, sí, vamos bien, pero nos falta trecho por recorrer y lo podremos hacer sí y solo sí, usted lo entiende y ello da paso a un mayor involucramiento de su parte para incidir en las cosas que deben marcar la diferencia de rumbo.

Sí, vamos en buen camino pero este seguirá siendo mejor y posible, solo si usted no flaquea y decide jugársela más por el futuro del país, liderando con el ejemplo, exigiendo un cambio de actitud y cultura que empieza por nosotros mismos.

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