Ayer, en una citación en el Congreso de la República, el ministro de Finanzas Públicas Julio Héctor Estrada informó de algunos gastos como pago de telefonía celular, viajes y vehículos que parecieran de un Estado en plenas condiciones de desarrollo, niveles de bonanza y sin carencias sociales.

Queremos pedir que por unos segundos los lectores refresquen las imágenes de los hospitales sin medicamentos ni alimentos; escuelas sin pupitres, con estructuras caóticas; o a las patrullas sin poder salir a ejercer su función y, menos, una policía en plenitud de capacidades para prevención o establecimiento de políticas de seguridad ciudadana.

Mientras todo esto sucede, tenemos que recordar que si los indicadores de las Finanzas Públicas se han recuperado parcialmente es por la recaudación con multa que se cobró en el Caso de Aceros de Guatemala, tras el caso que el Ministerio Público y la CICIG iniciaron en su contra.

Pero en general, es contradictorio que se siga pensando en la necesidad de funcionarios públicos viajando sin necesidad real, comprando vehículos de último modelo para no “desperdiciar las partidas” y gastando en una descarada ofensa contra la gente que, literalmente, se puede morir de hambre en el país.

Si lo que queremos es mejorar la recaudación, qué mejor política que el fortalecimiento de las instituciones de justicia que han logrado que por miedo al imperio de la ley y al castigo, se piense dos veces la forma de hacer contratos corruptos y evadir al fisco como se ha venido haciendo por décadas en nuestra Guatemala.

Si a los opositores de una auténtica reforma tributaria les da alergia hablar de un impuesto específico en el tema de seguridad y justicia, que planteen otra propuesta con la que se venga a nutrir de recursos a las instituciones del Estado que, hoy por hoy, están funcionando a favor de la mayoría por medio del rompimiento del muro de impunidad.

Lo que sí tenemos que tener claro es que las diferencias en el país son demasiado grandes como para que se sigan tratando entre funcionarios como que son jeques árabes versión latina.

Es urgente que se ordene una política de austeridad y contención del gasto con la idea de no seguir derrochando lo que no se tiene y poder dar por lo menos lo mínimo para el cumplimiento de las obligaciones en el área de salud, educación, seguridad y justicia.

No hay dinero. Simplemente con una carga tributaria ridícula y con la eterna letanía de solo pensar en subir el IVA, Guatemala no saldrá adelante nunca. Nos urge analizar la situación financiera del país y tomar decisiones radicales para evitar que la crisis se siga profundizando.

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