Rolando Alfaro Arellano

Dedicado a los fundadores de la Universidad MARIANO GÁLVEZ

Interrumpo la serie de artículos recién comenzados, para referirme a los 50 años de fundación de la Universidad Mariano Gálvez de Guatemala pues, en verdad, su existencia se enmarca en el trabajo tesonero de sus iniciadores.

En efecto, todo lo que sea para el bienestar de los futuros profesionales, merece más que una felicitación.

Por otra parte, cuántas veces hemos escrito acerca de la importancia de la educación para los guatemaltecos y máxime cuando se trata de asistir a las regiones departamentales.

Decía el gran filósofo Aristóteles, que en “el estudio de toda ciencia, sus raíces son amargas, pero dulces sus frutos, y esto es, precisamente, lo que ha demostrado la entidad educativa citada.”

Educar en la época actual en Guatemala, no es nada fácil, pues se tiene que orientar a muchos jóvenes cuya educación elemental es débil, y esto hace más interesante el reto de esta Casa Superior de Estudios, ya que viene demostrando que querer es poder, y quienes hemos dado cátedras a nivel nacional lo sabemos muy bien el aporte que se hace.

En algunos círculos sociales, algunas personas sin una base profunda educativa y ética, se dan a la tarea de criticar todo lo que significa educación, pero a la hora de las horas, no son aquellas que precisamente amen los estudios y no cooperan en la formación de los futuros ciudadanos que algún día tendrán que servir a nuestra Patria. Además, ignoran lo que es la lectura de buenos textos, no saben el significado de lo que es investigación jurídica para modernizar nuestras leyes e instituciones que tanto necesita el país.

Sin embargo, en el caso de la Universidad Mariano Gálvez, su ejemplo es más que edificante, pues se ha expandido al área rural para llevar la enseñanza superior a sus futuros profesionales.

Y me consta por haber viajado al Departamento de Petén, todos los fines de semana, por más de seis años a impartir clase de Ciencias Jurídicas y Sociales, además, de haber tenido el honor de inaugurar por primera vez en la Historia de las Facultades de Derecho, la rama del Derecho Ambiental en el año 2001.

Reitero mis felicitaciones y auguramos que el ejemplo de la Universidad Mariano sirva para que los ciudadanos guatemaltecos comprendan que, sin educación, nuestra querida patria no podrá progresar.

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