Jorge Santos

Lastimosamente septiembre de 2015 y las elecciones generales marcan la culminación de un proceso de crecimiento de la demanda social y popular en las diferentes plazas del país. Sin lugar a dudas fue el 25, 26 y 27 de agosto los que marcaron un importante hito a lo que desde abril se iba construyendo en materia democrática y de lucha de masas, sin embargo lo urgente nos vuelve a ganar la partida y elegimos a quien ha borrado de un plumazo los cinco meses de importante ascenso de movilidad ciudadana.

Se recordarán ustedes que el movimiento ciudadano demandó una agenda política que consistía en una profunda reforma al sistema político del país, reforma al modelo de contrataciones de los bienes y servicios que las instituciones adquieren, lucha frontal contra la corrupción y la impunidad y reformas a la Constitución Política de la República que nos condujera a un nuevo pacto social. El saldo luego del proceso electoral y del cambio de gobierno es prácticamente negativo para las aspiraciones sociales y populares.

Con el conocimiento del triunfo en segunda vuelta, del antipolítico Jimmy Morales se dio paso al permanente retroceso del importante camino que como sociedad habíamos construido. Primero un Presidente electo que acepta el pago oneroso de un lujoso hotel en donde se hospedó más de dos meses, dando paso a que dicho favor será cobrado con creces en un futuro próximo; luego la secretividad y opacidad con la que se manejó la designación de funcionarios a las diferentes instituciones del Ejecutivo, dando paso así a que la transición prácticamente fuera inexistente y que a partir del 14 de enero iniciara lo que tuvo que arrancar desde noviembre pasado y lo más grave evidenciado lo representa la designación de personajes obscuros en distintas instancias y a favor de intereses de violadores de derechos humanos, impunes y militares.

Pero si estas acciones eran tan sólo el preámbulo de lo que hoy mismo estamos evidenciando en materia de retroceso. Ausencia de un plan y de acciones concretas, mayores niveles de opacidad y autoritarismo del Presidente Morales, rechazo a la labor periodística, la filantropía como eje central del quehacer gubernamental y la misma basada en las sobras de quienes donan medicamentos y alimentos.

Pero en menos de un mes, el Presidente Morales ha dado marcha atrás a las mentiras y demagogia utilizada a lo largo de su campaña electoral. Una bancada oficial que ha crecido a la luz del transfuguismo, a través de la compra y el ofrecimiento de dadivas a diputados y diputadas y la intencionalidad del Presidente y su bancada de hacer retroceder la aplicación y administración de la justicia, desde el momento en el que no se apoyan las reformas a la Ley Orgánica del Ministerio Público, en tanto que ya es un hecho que un órgano de investigación criminal independiente le da pánico al presidente, su gabinete y sin lugar a dudas a su tránsfuga bancada. De esa cuenta es, que no permitamos que de un plumazo este remedo de presidente, nos haga perder lo hasta ahora alcanzado.

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