Factor Méndez Doninelli

«Hasta pronto Honduras»,… «Las circunstancias que obligan esta suspensión son de la mayor gravedad en lo que importa a la libertad de expresión, al desarrollo de la comunicación social y a la democracia en nuestro país, al grado de constituir un caso atípico en el mundo occidental…»

«Es un estrangulamiento de carácter histórico, de repercusión mundial, y que ocurre a un medio de comunicación social que, desde su primer día, ha luchado por el desarrollo democrático real, en la defensa de los derechos humanos, por el progreso económico y social equitativo e igualitario, y, denodadamente, contra las dictaduras, el militarismo, la corrupción y la impunidad».

-Fragmentos último editorial diario Tiempo. Honduras, octubre 2015.-

Fundado por Jaime Rosenthal Oliva el 7 de noviembre de 1970 en San Pedro Sula, luego de cuarenta y cinco años de transmitir información profesional y objetiva se extingue, cierra sus páginas y congela las rotativas e impresoras que dejan un profundo vacío en los lectores de Honduras y del mundo. Con la desaparición de este diario se asesta un duro golpe a las libertades de prensa y expresión. Desde sus orígenes, Tiempo se distinguió como un medio de comunicación independiente, digno y ético. Preferido por intelectuales, académicos, clase política, ciudadanos libres y de pensamiento crítico. Su línea editorial fue ética sin desviarse en la búsqueda de la dignidad y la verdad, siempre de lado de las causas justas, la democracia y la firme defensa de los derechos humanos.

Como lo expresa parte de su último editorial, «ha luchado por el desarrollo democrático real, en la defensa de los derechos humanos, por el progreso económico y social equitativo e igualitario, y, denodadamente, contra las dictaduras, el militarismo, la corrupción y la impunidad.»

En los inicios de los años 80, cuando por razones de exilio residí varios años en el vecino país y formé parte del colectivo guatemalteco-hondureño de solidaridad con Guatemala, conocí al periodista Manuel Gamero, por aquel entonces, Director de Tiempo, quien con gesto solidario nos brindó su apoyo otorgando espacios para informar y denunciar ante el mundo, la grave situación de derechos humanos que se vivía en Guatemala por la política contrainsurgente impulsada por las dictaduras militares de aquellos años. Dos medios escritos nos abrieron sus puertas, Tiempo y El Cronista, hoy ambos están extintos, víctimas de la opresión y la asfixia económica de élites neoliberales e intereses económicos imperialistas, deseosos de contener a los medios de prensa dignos, libres, solidarios y defensores de los derechos humanos.

El cierre de este medio de comunicación social es colateral a la tormenta desatada contra varios miembros de la familia Rosenthal, fundadores de más de medio centenar de empresas que hoy están intervenidas por presuntos ilícitos de lavado de dinero, activos y asociación ilícita relacionados con intereses del narcotráfico. Un escenario que se repite en otros países donde los tentáculos del crimen organizado han penetrado y corrompido todos los estamentos sociales, políticos, económicos y empresariales.

La perversidad del crimen organizado está terminando con valores e instituciones que debilitan la ya escasa institucionalidad. Diario Tiempo puso fin a su existencia y con eso, hay un regocijo de las élites económicas, oligarcas y neoliberales.

Sobre Guatemala también siguen soplando nubarrones negros, persisten serias amenazas a la libertad de prensa, criminalización de las luchas sociales y las y los defensores de derechos humanos. Es un deber de humanidad defender valores, derechos y libertades.

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