En un comunicado de la Alianza de Mujeres y Mujeres Indígenas de Guatemala por el acceso a la justicia, se hacen fuertes y consistentes señalamientos en contra de la disposición del Congreso de aprobar reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos de una manera que burla las aspiraciones populares porque se consolida el régimen de falta de representación y de democracia interna de los partidos políticos, además de que se evita legislar sobre cuestiones puntuales como la reelección y el transfuguismo que han dado lugar a tantos vicios dentro de nuestro sistema.

Siempre hemos dicho que se debe desconfiar de lo que salga de este Congreso lleno de personas que se han beneficiado de un sistema corrupto y de las facilidades que da la ley para que se puedan enquistar en los cargos públicos sin necesidad de ningún tipo de rendición de cuentas. Por ello no nos sorprende en absoluto el reclamo de las organizaciones de mujeres que han puesto el dedo en la llaga, porque simplemente se confirma una realidad que no se puede ocultar; imposible pedir peras al olmo y eso sería esperar que de nuestra actual representación legislativa pudiera salir una normativa que estuviera orientada a promover beneficios para la población a costa de reducir privilegios para la clase política.

El problema es más grave de lo que señalan las mujeres organizadas en su comunicado, puesto que estamos condenados a que en enero sea instalado un nuevo Congreso que será igual o peor, pero jamás mejor, que el actual simplemente porque fue electo bajo las mismas reglas. Con la propaganda de que “tu voto cuenta” se engatusó a la gente para que fuera a las urnas a consagrar el sistema y lo hicimos muy bien, ratificando el poder político de los grupos que se han encargado de secuestrar el sistema para su propio beneficio.

Y ahora, tras conocerse los resultados, tenemos que aceptar que no hay esperanza en el mediano plazo de que se puedan implementar las acciones correctivas que reclama la democracia para ser funcional y operativa. De hecho en cuestiones puntuales como la democracia interna de los partidos y las reelecciones, no se puede esperar cambios porque los dueños de los partidos dependen de esa manga ancha para preservar su oportunidad de hacer negocios en la arena política.

La CC únicamente puede decir si la propuesta es o no apegada a la Constitución, por lo que la verdadera reforma que hace falta no está en agenda ni lo estará en el medio plazo, mientras el Congreso siga bajo el control de la misma clase de diputados.

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