Por Jorge Ovalle Menéndez

Con este desastre nos damos cuenta de la incapacidad, ineptitud y negligencia de los funcionarios del Estado guatemalteco para atender los problemas y garantizar los derechos de los habitantes del país.

Esta tragedia, sucedida en el Cambray II, en Santa Catarina Pinula, es producto de la corrupción, así como de los que eligen sin meditar, sin reflexionar, a los alcaldes, diputados, al presidente y vicepresidente del país. También de los que, sin analizar y hacer mayores consideraciones, se enredaron en el juego de los «cerebros» detrás de las manifestaciones de los sábados, que fueron fruto de mezquinos y oscuros intereses económicos y políticos. ¿Dónde se ha visto que la rebeldía contra los dictadores, los corruptores y los corruptos, los ladrones que le roban a la población, etc., tenga calendario y horario? ¡Sólo aquí en la Romántica Guatemala…!

¿Quiénes son los o las líderes de las protestas de los sábados, que a algunos y algunas sólo les servían para la tertulia en los cafés del Centro Histórico?  ¿Y por quién van a votar en la segunda vuelta de las Elecciones Presidenciales 2015? ¿Por Sandra o por Morales? ¿Son ellos la solución para esta clase de tragedias? ¡Porque la Romántica Guatemala no tiene problemas, tiene tragedias!  La Romántica Guatemala no tiene crisis, tiene constantes males endémicos. Las crisis pasan, se superan… ¿Son ellos los estadistas aptos para superar estas tragedias, para cortar de tajo con estos males endémicos… o son simples politiqueros, como los que, en su mayoría, siempre “nos han gobernado”?

Esas tragedias, esos constantes males endémicos, históricamente, ningún gobierno los ha prevenido, si no, no sucederían o se darían con consecuencias menos tristes y catastróficas. En nuestro país, por lo que se ve y se vive, no hay realmente una política de Estado a favor de sus habitantes. Los problemas son más que provocados, ya sea por negligencia, por falta de visión o por ambiciones económicas y políticas. No hay líderes visionarios y la mayoría de políticos, junto a sus “equipos de trabajo”, desconocen cómo gobernar, cómo administrar productivamente los recursos públicos, en función social. La mayoría de políticos son indolentes, ineptos e incompetentes frente a las responsabilidades que les delegan los votantes al elegirlos, ante las desdichas de la mayoría de los habitantes del país. Por esa actitud negativa e irresponsable, la población vive desamparada, angustiada y sufre estos infortunios, que conlleva a la propia muerte o la muerte de familiares, heridas o la pérdida de recursos materiales, como ha sucedido el 1 de octubre por la noche en El Cambray II: Allí hubo muchas muertes, muchas personas heridas y todos perdieron sus casas y sus diversas propiedades.

Con lo sucedido en El Cambray II, en Santa Catarina Pinula, nos damos cuenta de la incapacidad y negligencia de los funcionarios del Estado guatemalteco para atender los diversos problemas que afectan a la población, así como de su ineptitud y negligencia para garantizar los derechos de los habitantes del país, entre ellos el derecho a la vida, a la salud, a la vivienda, etc., mientras tanto individuos como Otto Pérez, Roxana Baldetti, Eduardo González y compañía, felices con los recursos económicos propios del Estado y de los guatemaltecos.

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