Eduardo Blandón

Cada uno ve lo que quiere ver. Algunos juzgan las votaciones de ayer, por ejemplo, como una auténtica fiesta cívica, toda vez que los datos indican que más del 60 por ciento de los empadronados acudieron gustosos a elegir a sus autoridades. ¿Gustosos? Para mí es una exageración, pero démoslo por hecho para los fines del artículo.

Otros califican de fiasco el ejercicio democrático por las diversas irregularidades que se dieron en distintos lugares. Acarreados, manipulados, problemas logísticos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), pero sobre todo, por la rebeldía de muchos que cansados del sistema, decidieron no dar su voto a candidatos que consideran venales y vendidos al mejor postor.

Por lo que a mí respecta, no tengo inconveniente en aceptar ambas posiciones. No puede negarse que las elecciones transcurrieron mejor de lo esperado. Especialmente porque días antes parecía moneda corriente pedir su anulación. Las circunstancias que todos conocemos fueron vitales para mitigar el desánimo de la población. De esa cuenta, muchos salieron a votar aunque sea a regañadientes para votar nulo u ofrecer posibilidades a sus elegidos.

Sin negar que hubo problemas, claro. Algunos de ellos inexplicables. Al TSE le faltó liderazgo y cualidades mínimas de organización. A su favor puede decirse que hasta a última hora la posibilidad de aparecer de algunos candidatos en la papeleta era incierta. Pero de ahí en adelante actuaron como novatos para una responsabilidad de altos niveles. No sé si puedan corregirse esos problemas a futuro, pero lo cierto es que habrá que hacer correctivos y ajustes para no poner en peligro tan fundamental ejercicio democrático.

Cuando escribo este artículo, aún no se sabe quién va a ganar. Ignoramos si habrá protestas e inconformidades que planteen escenarios explosivos. Lo cierto es que la suerte está echada y nuestra mirada debe ubicarse en la segunda vuelta. El TSE debe poner las barbas en remojo y nosotros hacer elecciones sabias. Costará mucho, entiendo, dadas las figuras que se nos ofrecen.

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