Juan Antonio Mazariegos G.

Al tenor de los acontecimientos del #27A concluyó que Otto Pérez se ha atrincherado, no renunciará y hará, con apoyo del Congreso, hasta lo imposible por llegar al día de las elecciones generales, teniendo como única misión el entregar el mando, el próximo 14 de enero a su candidato, Manuel Baldizón, para que entonces este lo proteja.

El discurso de Pérez, la noche del pasado domingo fue una copia del lamento de Baldizón en EE. UU., cuando se quejaba de intervención extranjera, señalando a la CICIG y a poderes provenientes del sector empresarial que querían limitar su acceso al poder, el cual Baldizón espera heredar, gracias a su voto duro, manipulable, al abstencionismo y a la posición que promueve el voto nulo en los centros urbanos en donde se sabe perdedor.

La docilidad que había sido el signo distintivo del actuar del Presidente se perdió el domingo por la noche y en su lugar un tipo que simplemente no pudo mantener el control nos reprendió a todos por acusarlo, según él, sin que esté involucrado en los hechos que se investigan y en medio de una arrogancia no esperada ni entendida afirmó que no renunciará.

Los miles de personas que esta tarde de jueves entonamos las notas del Himno Nacional bajo la lluvia en la Plaza Central o los otros miles que se manifestaron a lo largo y ancho del país, no dejaron dudas de cuál es el sentir de la gente, la de la ciudad y la de esa Guatemala profunda a la que se refirió Pérez en su discurso del domingo., estamos hartos de corrupción y exigimos su renuncia.

El problema está planteado, no hay más recursos legales en este momento que esperar el trámite del antejuicio a Pérez y en cuanto a las elecciones celebrarlas, nos guste o no, pues dejamos a merced de los candidatos de hoy el que se propusieran y debemos de elegir dentro de ellos.

Siempre existirá la posibilidad de echar la culpa al sistema o la gente que lo maneja, mi opinión es que hoy luchar en contra del sistema, a través de deslegitimarlo, invitando a votar nulo, es únicamente seguir el juego de Baldizón y Pérez, mientras menos personas votemos a otros candidatos, más posibilidades hay de que ellos mantengan el poder y que no nos extrañe que sabedores de su posición, hoy más que nunca defiendan ellos mismos las elecciones, pues conocen el efecto contrario que en la generalidad de las personas producen sus palabras.

La moneda que lanzaremos al aire y que tiene tanto en juego para nuestro futuro, solo tiene dos lados, apostar en esta coyuntura por mantener el sistema, nos guste o no, votar para impedir que la balanza se incline a favor de esa componenda, para luego seguir protestando hasta cambiar el sistema, o elegir oponernos a las elecciones en general hoy, votar nulo y entregar la decisión a quienes ya fueron manipulados. La moneda simplemente no tiene otro lado.

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