Juan de Dios Rojas

«Sin esperar la cigüeña ni el viejito”
Dicho antañón ahora es un cuento.

Cada generación tiene características bien definidas, mismas que puntualizan su paso por este valle de sucesos causantes de más y más problemáticas invariables. Actualmente cobra realidad, precisamente, el embarazo súper adelantado de niñas, inclusive hasta de apenas 10 años de edad, por igual en el ámbito citadino, con la metrópoli a la cabeza y también en el entorno rural.

Al principio el asombroso caso significó una noticia de alto impacto social. Junto al aspecto cultural e histórico, ambas cosas responsables de motivar un cúmulo sin medida de suspicacias y expectativas. El por qué, cómo y cuándo son situaciones bien visualizadas por el resto poblacional, obligado por la necesidad a lanzar al aire preguntas y más preguntas al respecto.

La sucesión, además, reiteración de tamaño tema, complicado y sumamente difícil de resolver al instante, obliga, desde luego, al abundamiento de propuestas provenientes en primer lugar por padres de familia. Van más allá las suspicacias, verdaderas malicias sea atribuido a propios miembros de la misma familia desorientada, carentes de moral, ética y normas básicas religiosas.

Cruzan por la cabeza una sumatoria de ideas en torno al caso conformante de auténticos dramas humanos, debido al adelanto actual de niñas que sucumben al azar consiguiente de resultados del orden biológico, responsable de caer en las garras del sexo anticipado sin otras alternativas. Creencias giran en rededor en el sentido de ignorancia; aunque no olvidar que sea de su agrado.

Empero, también provoca enormes dudas, imposible dejarlas al margen, ¿Antes de su desarrollo completo las niñas cómo resultan embarazadas? ¿Influyen las amistades de confianza conocidas por una amistad sin parangón? Interrogantes pueden proseguir adelante respecto a la “loca de la casa» tenga complementarias ideas sueltas, indispensable sean ordenadas y bien ubicadas.

De todos modos el caso aludido tal vez en volandas, surgió de repente como resultado de la propia edad precipitada que hoy en día llena los espacios noticiosos hasta con lujo de detalles. Significa por consiguiente la característica propia de la presente generación, tipificada por criterios sólidos, ideas alarmantes de constatar los temidos embarazos proliferantes sin duda.

Lo cierto viene a ser que la problemática dista de verse así no más. Obligatorio en la extensión de la palabra debe ser objeto crítico, asombroso de diversos grupos sui géneris, aunque vinculados por la necesidad. Escuela a la vanguardia, familia toda, sociedad heterogénea y las autoridades competentes en posición descollante, por tratarse nada menos que el futuro del país.

También otro asunto con vínculos estrechos, consiste en casamientos de niñas en el interior, fruto de cierta tradición antañona, cuyos compromisos son adquiridos mediante el consentimiento de los propios padres de familia. Ello conforma desde tiempos remotos una tradición enraizada profundamente visto, según entendimiento de ellos, en razón de la costumbre profunda.

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