Juan de Dios Rojas
Atribuidos el desaforado, tildado pero en marcha de vencedores, a la falta visible de cultura en general y demográfico en particular. A las pruebas nos remitimos fácilmente. Tiene fieles seguidores en el área rural extensa y aferrada a principios inconmovibles de sus antepasados. Comprobado está que la misma extensión en los cuatro puntos cardinales continúa su curso.
Imperan costumbres arraigadas con un vigor notorio, aquí y allá con empeño digno de mejores causas en beneficio colectivo. Quedaron estacionadas citas bíblicas, pronunciadas por el Creador que a propósito enfatizó: «Creced y multiplicaos». Sirve de argumento sólido en la punta de los labios, cuando se hacen algunas intentonas para disuadirlos y traten de tener control debido.
Categoría de preocupante viene a ser dicho crecimiento poblacional, no resulta irnos por la tangente, sin pena ni gloria, conforma el verdadero espíritu de la debida solución al recalcitrante problema que expresa auténticas realidades acumuladas a las ya existentes por montones. Los entendidos en ello hacen público que el crecimiento adquirió visos de insostenible.
Voceros autorizados del Instituto Nacional de Estadística (INE) sustentan el criterio de continuar el ritmo actual de crecimiento, que tenemos, ha crecido en la última década que en toda la historia. Además el espacio urbanizado de la ciudad capital se duplicará para el 2040 y constituirá no cabe duda el albergue de unos 5 millones de habitantes “vivitos y coleando”.
Veamos, apreciables lectores, cómo el ritmo de natalidad que muestra su rostro día a día; cada año ven la luz pública alrededor de 365 mil niños; con un promedio diario de mil nacimientos. En el 2018 se arribará a la cifra nada tranquila y segura de 18 millones de habitantes y para el 2040 ascendería a la nada juiciosa cifra de 30 millones de compatriotas y paisanos.
Consecuencias convincentes aparejan dichas estadísticas, las cuales convierten a la capital de Guatemala y por lo tanto la puesta en marcha de proyectos urgentes y cortoplacistas, harán frente a tamaña cuestión de continuas municipalidades, decididas a ponerse las pilas sin dilación. Si en los actuales momentos tiene dificultades en el trasporte público ¿Qué sucederá?
De igual manera con el congestionamiento vial, más y mejores servicios públicos, mayor contaminación ambiental, violencia urbana, delincuencia y también vulnerabilidad ante los desastres naturales, señala -el reportaje publicado en Diario La Hora (24-8-2014). Todos vemos, la mayoría con fuerte dosis de preocupación, la visión futurista de la Guatemala que nos acoge.