Marco Tulio Trejo Paiz

En el Ministerio de Salud, en el de Cultura, en el de Trabajo, entre casi todos los del ramillete, así como en la Procuraduría General de la Nación, han hecho cesar en sus funciones a los asesores y demás empleados sin cancelarles los sueldos ni las prestaciones que están dispuestas legalmente.

Juan Domingo Perón, el dictador argentino de botas y fuete, se ensañaba contra los empresarios de la llamada iniciativa privada, pero por su conveniencia individual, de carácter político, procuraba cierta estabilidad a sus paniaguados.

A estas fechas, a todos los hombres y mujeres que han prestado sus servicios técnicos, administrativos y profesionales en las carteras de los diferentes ramos, no les han pagado sus salarios y prestaciones desde hace ya muchos meses, incluso uno o más años pretextando o simulando no haber fondos disponibles para cubrir los ya voluminosos adeudos estatales de la injustificada insolvencia.

Es pertinente preguntar: A los ministros y demás encopetados funcionarios del régimen del PP (Partido Patriota), ¿les cancelarán sus jugosos emolumentos con exactitud y puntualidad? A lo mejor no, ¡pobrecitos!…

Y… ¡algo más!: En los susodichos despachos de alto rango se imponen; sí, se imponen jornadas de trabajo violando la ley laboral. Nada menos, de 8 de la mañana de un día hasta la una de la madrugada del día siguiente (17 horas). Eso significa agotamiento, peligros de salida a dormitar tres o cuatro horas, porque habrá que levantarse para salir disparados a iniciar otra “breve” jornada… Si no hay vehículo propio, el problema es imaginable. ¡problemón!…

Por lo expuesto, ¿prestigiarán al gobierno de don Otto Pérez Molina sus ministros? ¿Y dónde están los derechos humanos?

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