Rolando Alfaro Arellano
En ese sentido, es urgente recalcar que muchos sectores de la sociedad no le ponen atención a esta problemática y, recapacitan de una manera escandalosa al enterarse de la crisis que vivimos, cuando desde hace varios años hemos, en esta columna, señalado los pasos a seguir, entre estos, los remedios, como la modernización y reforma judicial, la actualización de las leyes, la educación de niños y adultos, el respeto al derecho de los demás, y, en especial emitir los reglamentos de la ley de protección y mejoramiento del medio ambiente y otras disposiciones que carecen de dichas normativas desde hace varias décadas.
Sin embargo, los colegas abogados deberán recordar el primer mandamiento del abogado de Eduardo Couture: “Estudia. El derecho se transforma cada día, el abogado que no estudia es cada vez menos abogado”. Entonces ¿Por qué tanta protesta por las nuevas corrientes del Derecho? ¿Por qué tenerle miedo al Juicio Oral pleno, es decir, sin usar papeles para ayudarse?
El Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Rafael Landívar, en el mes de septiembre del año 2012, publicó un trabajo de investigación de la especialista en derecho: Martha Regina Trujillo Chanquín, y, se refiere “a las migraciones de grupos vulnerables de guatemaltecos frente al proceso de globalización”.
Pregunto: Señores Abogados y autoridades en general: ¿ya leyeron dicho trabajo? ¿Están consultando a los investigadores e intelectuales del derecho que desinteresadamente se han preocupado en los diversos ramos jurídicos para la República de Guatemala?
En la publicación citada se resaltan los temas de la situación actual de la migración en Guatemala, y destaca que: “ello es como resultado de la falta de oportunidades laborales y salariales que prevalecen el país”. Y, luego agrega que: “Las remesas familiares tienen un alto impacto en la economía nacional, pues mejoran la calidad de vida de las familias al tener un ingreso adicional que les permite satisfacer necesidades básicas; y políticamente forman un importante eslabón de elecciones” (Op. cit, p. 5).
Finalmente, los guatemaltecos debemos de resolver nuestros propios problemas, pues desde el punto de vista educativo, tanto que se ha escrito que se necesita fortalecerlo, como el ambiental que nos está avisando que al no darle el tratamiento adecuado nos encontramos sufriendo el cambio climático y por ello, los demás contaminantes pululan en nuestra tierra sin regulación alguna, situación ésta que tiene que afectar a todos, y así sucesivamente. Para grandes males grandes remedios decían nuestros antepasados, entrémosle a Guatemala, demostremos, en verdad que la queremos. Obras son amores y no buenas razones.