Fernando Mollinedo C.

A través del tiempo, la emigración de los valores guatemaltecos en el campo de la literatura, políticos ilustrados, arte, intelectualidad y ciencia ha sido continua desde hace ya muchos años; y las instituciones educativas y políticas empezaron a quedar en manos de los menos aptos, he ahí por qué estamos como estamos.

En los últimos cincuenta años, los gobernantes se esforzaron por hacer su trabajo cada vez peor; descuidaron las áreas importantes como la salud, y para ello baste ver la realidad hospitalaria actual con sus muertes y negligencias médicas; la educación por su parte, acorde a las políticas neoliberales, desatiende y sacrifica la educación de los niños y adolescentes con la mutación de programas de estudio y la implementación de carreras sin base pedagógica.

La educación y la salud de la niñez, con sus enormes debilidades, se encaminan de manera inevitable a estar en los más bajos niveles de competitividad en un mundo nuevo donde la economía del conocimiento es la mejor herramienta.

La ineptitud de los funcionarios de gobierno que formularon leyes, fue tal, que, la involución es irrefrenable en estos días, sobre todo en materia de dilapidación de los bienes del Estado, con la entrega sumisa del territorio a intereses comerciales lícitos e ilícitos.

Estos últimos y larguísimos cincuenta años se han convertido en eternos al tener como resultado todo lo contrario de lo que la mayoría de la población esperó que cambiara cuando depositó su voto a favor de los políticos inescrupulosos, torpes, prepotentes y abusivos, quienes con sus decisiones caprichosas, fuera de toda planificación e incongruentes no satisficieron la necesidad de cambios sociales en la población sedienta de paz y justicia.

Las licitaciones amañadas y desfalcos descarados en todas las instituciones del Estado, favorecen a los grupos paralelos de poder, son las cartas de presentación de quienes han y gobiernan a esta población que trae como estigma no luchar por sus derechos, dejar hacer y dejar pasar, bajar la cabeza aceptando humillaciones a cambio de supuestamente, vivir con las condiciones mínimas para seguir viviendo.

El clamor para que los gobernantes no dilapiden el erario público, es ignorado por quienes encaramados en el poder, creen, sienten y disponen de los bienes nacionales cual si fuesen de su propiedad. Han vendido el Estado, no sólo en materia de infraestructura, lo han hecho también con sus instituciones que están al servicio de las oligarquías criollas y transnacionales.

¿Por qué razón, nuestra involución social es el exacto contrario de la esperanza y el éxito? todo lo enumerado y más será el lastre histórico de este gobierno actual lo que ya lo hace rivalizar por ser considerado el peor de nuestra historia, y los anteriores que traicionaron a los guatemaltecos, no se salvan de ese juicio histórico.

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