Rolando Palomo
Pero como resulta que para la comisión de tales asesinatos el Gobierno de Belice utiliza a su ejército, eufemísticamente llamado Fuerzas de Defensa de Belice (FDB), estos crímenes dejan de ser asesinatos, para convertirse en Ejecuciones Extrajudiciales, y como tales, deberán ser denunciadas por el Estado de Guatemala a la Corte Interamericana de Derechos Humanos o al Alto Comisionado de ONU en materia de Derechos Humanos.
El artículo de Diario La Hora del día 6 de agosto, que relata los resultados de la necropsia que en Belice fiscalizó Inacif en el cadáver del joven campesino guatemalteco Tomás Desdicho Ramírez, nos permite ilustrar estos extremos: nuestro compatriota humilde labrador petenero murió víctima de seis heridas por arma de fuego; las balas fueron disparadas de atrás hacia adelante (Tomás Desdicho fue asesinado por la espalda), sus heridas en el cuello y en el abdomen le fueron ocasionadas en vida, por disparos hechos a corta distancia (Tomás Desdicho habrá implorado por su vida), lo que nos hace visualizar una escena en la cual los miembros de la patrulla de las FDB (regularmente cinco soldados y un sargento), rodearon al campesino abatido (tenía una herida del lado trasero del muslo derecho), pero aún con vida, y ahí, en la desolación de la selva petenera, lo remataron cobardemente.
El penúltimo párrafo del artículo del día 6, recoge la expresión (hipócrita expresión) del Gobierno de Belice de comprometerse a investigar los hechos y llevar a los culpables ante la ley. Hipócrita expresión decimos, pues en los archivos de Cancillería guatemalteca, duermen el sueño de los justos (?) diez o quince expedientes conteniendo la misma y adocenada frase, hecha por un gobierno que sabe que está mintiendo, y no tiene rubor en seguir mintiendo.
Tomás Desdicho murió, pues, para que el Gobierno de Belice (usando palabras del vicecanciller Carlos Raúl Morales. Diario La Hora, 5 de agosto) pudiera entrampar las negociaciones de la Hoja de Ruta para resolver el diferendo territorial. Pero como una trampa se utiliza para atrapar o robar a un incauto, a la vez estamos aceptando ser ese incauto (ingenuo o cándido, según el DRAE), papel al que en este caso nuestra política exterior se ha pintado sola, durante ya suficiente tiempo.
Pero ni para la viuda, ni para los huérfanos de esta y muchas otras Ejecuciones Extrajudiciales perpetradas por las FDB, todas las anteriores disquisiciones tienen importancia alguna. La tendrán los resultados de la denuncia que el Gobierno de Guatemala formalice, como ya dijimos al Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, o ante cualquier Órgano Nacional o Internacional que imparta justicia en este tema, sancione, castigue o resarza a las víctimas. Es inconcebible que las muchas veces que el Estado de Guatemala ha acudido a ellos, como parte actora o como parte exceptora, obedezca a criterios y nociones de política interna y nunca en defensa y protección de su población, ante todo de la población petenera que, además de sufrir marginalidad extrema, ahora es utilizando como una pieza en los desvaríos del Gobierno de Belice.
El exvicepresidente Reyes López, en estos mismos espacios, cierra sus columnas con una invocación: ¡Guatemala es primero! la que hoy utilizo para instar al Gobierno del Partido Patriota, a reconducir con valentía y decisión, un tema que les recuerdo, no es de un partido, ni de un gobierno, sino que es un tema de Estado.