Walter Juárez Estrada

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Walter Juárez Estrada.

El modelo político del cuestionado proceso electoral dio un resultado inesperado y debe ser analizado a profundidad por los dirigentes de los partidos políticos que se postularon a puestos de elección y obliga a un balotaje entre los aspirantes presidenciales Sandra Torres de la UNE y Bernardo Arévalo de Semilla, de ideología de izquierda moderada, fue un rechazo a la vieja política, al votar casi un millón de guatemaltecos nulo y en blanco, que es indudablemente una muestra irrefutable que los aspirantes a los cargos públicos, no son del agrado de esa masa de la población, que con justo derecho los rechazó, porque lo que prometieron de llegar a ser elegidos, por supuesto, no iban a cumplir.

En los comicios del pasado 25 de junio, más de 9 millones estaban empadronados para sufragar, donde participaron 28 partidos políticos, 22 candidatos presidenciales; a cuatro candidatos al ejecutivo, el Tribunal Supremo Electoral, ilegalmente les vio su derecho, con frívolos argumentos. El frustrado candidato presidencial Carlos Pineda, llamó al voto nulo o a la abstención, que podría ser la razón que hubo un abstencionismo, del voto nulo o en blanco. Varios de los candidatos presidenciales recibieron un no de la población y es un claro ejemplo que en el futuro deben ser más claros en sus propuestos y obligarlos a firmar un compromiso que cumplirán sus promesas.

Guatemala, desde hace varios años está sumergida en una violencia incontrolable, en una corrupción que es tolerada por los que ejercen el poder, que obliga al nuevo presidente de ser elegido el 20 de agosto, darle otra imagen a los entes que conforman las instituciones y terminar con el estado fallido que ha sido la piedra angular para el retroceso que se tiene , que cada organismo sea independiente, que encuadre su quehacer lo que dice la Constitución, que combata la corrupción, que haya salud para el pueblo con medicinas a bajo coste, que la educación avance, para que los ciudadanos que nos gobernaran en los próximos años, sean ciudadanos dignos, idóneos y capaces.

A un segmento de la población le desencantó y enfadó que se postularan varios aspirantes presidenciales, que la mayoría de diputados se reeligiera y que los alcaldes que han sido caciques en sus regiones por años, mediante engaños se han perpetuado en las alcaldías, sin resolver la escasez de agua entre otros servicios públicos, con salarios elevados, cobrando dietas y otros privilegios, asociándose con narcos, que originó que sus adversarios impugnarán el resultado electoral, quemando las papeletas que obliga al Tribunal Supremo Electoral a repetir las elecciones.

El voto nulo, en blanco y la abstención de miles de guatemaltecos, debe ser motivo suficiente para que los políticos razonen y que haga un cambio profundo en la ley electoral y de Partidos Políticos y evitar la proliferación de candidatos presidenciales, reformar la Constitución y suprimir varios partidos políticos que en el correr del tiempo, son empresas mercantiles, sin ideología y que venden los cargos de elección popular.

El voto duro debe analizarse, porque también es un claro rechazo a los políticos corruptos asociados al ejecutivo y narcos para tener privilegios, razón más que suficiente para decirles no a éstos corruptos que se han afianzado a sus curules para seguir engañando al pueblo. El voto nulo y en blanco y duro, es una dura lección que quedara registrada para la historia para otro futuro electoral.

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