Walter Juárez Estrada

Más de 19 millones de quetzales es el costo de la impresión de las boletas para la elección presidencial, diputados al Congreso, PARLACEN y corporaciones municipales, en los 340 municipios que conforman la República, proceso que está en marcha para las elecciones del 25 de junio entrante y de no haber ganador para jefe del Ejecutivo, están previstas para el 25 de agosto. 30 Partidos Políticos están registrados para participar en los comicios y pueden conformarse comités cívicos locales, para elegir su Concejo; hasta ahora, el Registro respectivo del Tribunal Supremo Electoral, hace el análisis para establecer si los aspirantes a cargos públicos, cumplen con la ley que regula los comicios.

Varias entidades de crédito y prestigio, han impulsado sendos memoriales al Órgano Electoral, exigiendo impacialidad, legitimidady certeza jurídica en las elecciones, peticiones a los que se han unido miembros de la sociedad civil, que temen que el proceso se empañe, se judicialice, pues sospechan que varios de los aspirantes a la presidencia podrían tener tacha por su pasado y los vínculos que tienen con los organismos del Estado, a quienes exigen imparcialidad y que sea el pueblo soberano el que elija a los mejores postulantes, romper con la corrupción que ha dañado a millones de guatemaltecos que dudan de los magistrados electorales por tener vínculos con los políticos que los eligieron en un proceso viciado en el Congreso.

Ya se conoce que los nombres de los candidatos a la presidencia, figurando entre los candidatos tres mujeres que en las elecciones pasadas se han lanzado a la presidencia, pero no han logrado su objetivo. Entre los candidatos presidenciales hay de varias ideologías y el pueblo tiene ahora la obligación de analizar quién de los candidatos es el más idóneo para gobernar. Ha sido usual en todo proceso electoral los ofrecimientos y las promesas. Sectores conocidos financian las campañas presidenciales con millonarias sumas de dinero en el anonimato para después cobrarse la factura, una práctica que ha sido usual en todas la elecciones; no hay que dejar pasar a los narcotraficantes que de manera solapada es otro grupo que con millones sobornan a los aspirantes para tener libertad para operar, un mal que es una ponzoña que no ha sido erradicada porque los gobernantes debajo de la mesa colaboran con esos grupos clandestinos criminales.

Lo interesantes es insistir que es el pueblo el que elije que no debe ser sobornado, ni comprado y que este proceso electoral debe marcar el norte, para que Guatemala recupere el prestigio internacional que por años ha tenido, pues no es posible volver a tropezar con la misma piedra, pues no queremos regresar al pasado, mucho menos con gobernantes prepotentes y evitar la cooptación de los poderes del Estado, que deben ceñirse con exclusividad con lo que norma y dice la Constitución, que es nuestra Carta Magna y que los últimos presidentes no han respetado y se la pasan por el “arco del triunfo” que por ninguna razón debemos ser cómplices porque nuestro voto en las urnas es el arma que tenemos para decir quiénes serán: el mandato del pueblo debe dirigir los destinos de la nación en los próximos cuatro años.

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