Víctor Ferrigno F.
A Mercedes Olivera, luchadora inclaudicable, in memoriam.
El pasado 7 de agosto, tomaron posesión del gobierno Gustavo Petro y Francia Márquez, con el propósito de hacer de Colombia “una potencia mundial de la vida”. En su discurso de toma de posesión, el mandatario esbozó los diez compromisos programáticos de su gobierno, para desarrollar una transformación integral de Colombia. Estos diez compromisos, hacen parte del Programa de Gobierno del Pacto Histórico, el cual fue elaborado por 753 personas, que recogieron 2,340 propuestas ciudadanas, en foros públicos celebrados en 18 regiones del país.
Durante el acto de toma de posesión, en una abarrotada Plaza Simón Bolívar, se rompió el protocolo, por dos actos llenos de simbolismo. El primero, fue iniciativa del Presidente del Congreso, quien le solicitó a María José Pizarro que subiera al estrado y le impusiera la banda presidencial a Gustavo Petro. María José es hija de Carlos Pizarro Leongómez, fundador y máximo comandante del grupo guerrillero Movimiento 19 de Abril (M-19), entre 1986 y 1990.
Tras deponer las armas, firmar la paz con el gobierno y reincorporarse a la vida civil, Pizarro fue asesinado el 26 de abril de 1990, por agentes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y el extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), siendo candidato presidencial por la Alianza Democrática M-19, movimiento político que surgió del grupo guerrillero M-19 tras su desmovilización. En 2010, el asesinato de Carlos Pizarro fue calificado como un crimen de lesa humanidad, por la justicia colombiana, haciéndolo imprescriptible.
Gustavo Petro fue militante del M-19 y, tras la desmovilización en 1990, fue electo para ser miembro de la Cámara de Representantes en las elecciones de 1991, y participó en la Asamblea Nacional Constituyente de ese año.
El mensaje político de este acto fue muy claro: Colombia inicia un proceso de cambio profundo, reconociendo su historia de confrontación, pero encabezado por aquellos ciudadanos y ciudadanas que optaron por la vía política para transformar el país. Por ello, uno de los ejes del gobierno del Pacto Histórico es la pacificación y unificación de Colombia.
Una vez investido Presidente, Gustavo Petro solicitó un receso de diez minutos, y ordenó que llevaran al acto la espada de Simón Bolívar, para hacerla parte del proceso de cambio, y asumir su compromiso presidencial ante el pueblo colombiano, y frente al legado independentista y latinoamericanista del Libertador.
A continuación, presento una apretada síntesis de los diez compromisos del nuevo gobierno colombiano, con la esperanza que alguno de los partidos políticos guatemaltecos aprenda y se inspire del ejemplo de Petro y Francia, quienes se la jugaron sumando aliados, escuchando demandas ancestrales, tejiendo acuerdos, fraguando sueños, para construir el gobierno de la esperanza.
1. Trabajar para conseguir paz verdadera. El mandatario confirmó que cumplirá con lo pactado en el Acuerdo de Paz, firmado en La Habana en 2016, entre el Gobierno y las extintas Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC), y que seguirá a rajatabla las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, plasmadas en el Informe Final, que da cuenta de los estragos causados por seis décadas de conflicto armado.
2. Cuidado de las personas marginadas. El dirigente del Pacto Histórico se comprometió a que el Estado se ocupe de las poblaciones más vulnerables como los adultos mayores, niños, personas con discapacidad y quienes han sido marginados por «la historia o la sociedad».
3. Gobernar con y para las mujeres. El nuevo Presidente ya ha nombrado a varias mujeres como titulares de diferentes ministerios, comprometiéndose a instaurar un gobierno paritario, que incluye el nuevo Ministerio de la Igualdad, que estará a cargo de la vicepresidenta Francia Márquez.
4. Diálogo con todos. “Nos une la voluntad de futuro, no el peso del pasado, vamos a construir un gran acuerdo nacional para fijar la hoja de ruta de la Colombia de los próximos años. El diálogo será mi método, los acuerdos, mi objetivo», sintetizó Petro.
5. Escuchar a los colombianos. El mandatario se comprometió a diseñar mecanismos y dinámicas para que los colombianos se sientan escuchados. «No quedaré atrapado entre las cortinas de la burocracia, estaré cerca de los problemas, caminaré al lado y junto a los colombianos de todos los rincones».
6. Defensa ante las violencias. El Presidente de Colombia manifestó la disposición de implementar una estrategia integral de seguridad, «que vaya desde los programas de prevención, la redención social y acabar con el hambre», hasta «la persecución de las estructuras criminales y la modernización de las fuerzas de seguridad».
7. Lucha contra la corrupción. Gustavo Petro prometió «cero tolerancia» a la corrupción y «recuperar lo que se robaron, vigilar para que no se vuelva a hacer y transformar el sistema para desincentivar este tipo de prácticas». “Hoy, el principal objetivo de los cuerpos de la inteligencia del Estado es ubicar y combatir la corrupción», declaró el Presidente.
8. Protección de la biodiversidad. «Protegeré nuestros suelos y subsuelos, nuestro aire y cielo», sostuvo el mandatario colombiano, asegurando que no permitirá que «la avaricia de unos pocos» ponga en riesgo la biodiversidad. “Colombia será potencia mundial de la vida», aseveró.
9. Desarrollo de la industria nacional, la economía popular y el campo colombiano. “En la Colombia Humana de Petro, el trabajo será generador de riqueza y libertad. Trabajo decente que garantice condiciones dignas de remuneración, estabilidad, seguridad social y calidad de vida, tanto en el campo como en la ciudad. Para eso estimularemos los emprendimientos individuales y colectivos, democratizando las condiciones que permiten trabajar: el saber, la salud, las tierras, el agua, las energías no contaminantes y, por supuesto, el crédito”, sostiene el programa de gobierno.
10. Cumplir y hacer cumplir la Constitución. En su investidura, Petro citó el primer artículo de la Carta Magna de su país y se comprometió a cumplirlo: «Colombia es un Estado social de Derecho, organizado en forma de república unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general».
En su primer discurso como Presidente, Petro sostuvo: «Quiero decirles que hoy empieza nuestra segunda oportunidad, nos la hemos ganado. Su esfuerzo valió y valdrá la pena, es la hora del cambio», planteando una agenda reformista y ambiciosa. ¿Y Guatemala, tendrá una segunda oportunidad, después de los olvidados Acuerdos de Paz?