Víctor Ferrigno F.

Jurista, analista político y periodista de opinión desde 1978, en Guatemala, El Salvador y México. Experiencia académica en las universidades Rafael Landívar y San Carlos de Guatemala; Universidad de El Salvador; Universidad Nacional Autónoma de México; Pontificia Universidad Católica del Perú; y Universidad de Utrecht, Países Bajos. Ensayista, traductor y editor. Especialista en Etno-desarrollo, Derecho Indígena y Litigio Estratégico. Experiencia laboral como funcionario de la ONU, consultor de organismos internacionales y nacionales, asesor de Pueblos Indígenas y organizaciones sociales, carpintero y agro-ecólogo. Apasionado por la vida, sobreviviente del conflicto armado, luchador por una Guatemala plurinacional, con justicia, democracia y equidad.

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Víctor Ferrigno F.

Durante un debate en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el pasado 19 de mayo, el Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, urgió a los líderes mundiales a tomar medidas inmediatas para ayudar a los 276 millones de personas por todo el mundo que van hacia la hambruna, o sea, hacia la muerte por inanición.

El PMA ha instado a una solución política, ya que el cierre de los puertos ucranianos en el Mar Negro continúa amenazando la provisión de alimentos y millones de vidas en todo el mundo.

Sin esta solución, la amenaza a la seguridad alimentaria mundial planteada por la guerra en curso resultará en “hambruna, desestabilización de las naciones, así como la migración masiva por necesidad”, dijo Beasley.

La inseguridad alimentaria no es nueva, pero ahora se agrava con la pandemia, la recesión, la guerra, la interrupción de las cadenas comerciales, la inflación y las crisis financiera y energética. Se trata de la peor confluencia de factores adversos que, de no enfrentarla de manera rápida y enérgica, llevará a una hambruna y a una migración sin precedentes en el orbe.

Hace dos años, en abril de 2020, una alianza internacional de organismos de la ONU, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, que trabajan para abordar las causas profundas del hambre extrema publicaron una nueva edición de su Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias. Las noticias eran malas y empeoraron por la conjunción de adversidades descrita.

El informe indica que, a finales de 2019, 135 millones de personas de 55 países y territorios sufrían de inseguridad alimentaria aguda (Fase 3 o superior de la CIF/CH). Además, en los 55 países con crisis alimentaria a los que se refiere el informe, 75 millones de niños sufrían de retraso en el crecimiento y 17 millones padecieron escualidez en 2019.

Se trata del nivel más alto de inseguridad alimentaria aguda y malnutrición documentado por la Red desde la primera edición del informe en 2017.

En 2019, la ONU advirtió que más de 820 millones de personas pasan hambre y unos 2 mil millones sufren su amenaza. “Los nuevos datos confirman que el hambre ha ido en aumento en muchos de los países cuya economía ha entrado en una fase de desaceleración o de contracción”. En 2020, señala que el COVID-19 y la recesión mundial generarán una crisis sanitaria y económica que expondrá a la falta de alimentos y su consecuente riesgo de muerte a aproximadamente 265 millones de personas alrededor del planeta durante 2020. Advirtió que “será una hambruna de proporciones bíblicas”, y todo apunta a que la fatal predicción se cumplirá si seguimos a la deriva.

La región de América Latina y el Caribe (ALC) atravesará una de las crisis más agudas de su historia en materia de inseguridad alimentaria como consecuencia de la guerra en Ucrania, según prevé el PMA, que solicita 315 millones de dólares para ayudar a los grupos más vulnerables.

El PMA indica que en ALC la inseguridad alimentaria afecta al menos a 9,3 millones de personas, a lo que se suma que los costos promedio por tonelada métrica de productos básicos como arroz, frijoles negros, lentejas y aceite vegetal aumentaron un 27% entre enero y abril de 2022, y un 111% entre enero de 2019 y abril de 2022.

“Es un momento muy, muy delicado en el planeta tierra. El mundo está en llamas. Tenemos soluciones. Tenemos que actuar, y tenemos que actuar ya”, advirtió David Beasley.

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