Samuel Flores

Periodista, fotógrafo y catedrático universitario, interesado en la recuperación de la memoria histórica del periodismo en Guatemala. Comprometido con la formación académica de la juventud mediante la investigación, verdad y justicia. Opositor a la corrupción, despilfarro y excesos cometidos por los gobernantes y funcionarios que se han enriquecido a base de la pobreza extrema de la población principalmente en el área rural.

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Samuel Flores

Con 16,176 fallecidos; 24,081 casos activos, y 653,171 casos acumulados, y una creciente “cuarta ola” producida por la variante ómicrom en Guatemala, ayer se iniciaron las clases virtuales en más de 17,000 colegios privados. El Ministerio de Educación, Mineduc, autorizó incrementos en inscripción y colegiatura a 278 establecimientos privados.

El objetivo del Mineduc, –por instrucciones del presidente– es que al 15 de febrero más de dos millones de estudiantes en edad escolar (5 a 10 años), retornen a 34 mil 10 escuelas públicas –de las cuales 8,945 carecen de infraestructura necesaria para retornar al modo presencial–. Sin internet, agua entubada, medidores de temperatura, expendedores de gel, control en el uso de mascarilla, –principalmente en el área rural–; y sin vacunas para niñas y niños, es un reto apostar por un retorno a las clases presenciales. La niñez guatemalteca afronta un rezago en la educación que produce impactos negativos tales como un atascamiento en los métodos de aprendizaje, falta de progreso en las niñas, niños y adolescentes que registran un mínimo avance.

Para afrontar esa dificultad educativa producto de la pandemia, la primera semana del ciclo escolar las autoridades deben practicar un censo que involucre a padres de familia, líderes comunitarios, Mineduc, y autoridades municipales, que visiten casa por casa (una o dos veces por semana), para verificar que las niñas, niños y adolescentes acudan y regresan a la escuela. Además, reprogramar calendarios y contenidos educativos para evitar una sobrecarga y agotamiento en alumnos, producto de una eventual ampliación de los tiempos de asistencia a las aulas hasta noviembre/diciembre 2022. Que el sistema de enseñanza permanezca en el modo virtual es otro reto, pues la mayoría de la población que vive en condiciones de pobreza, pobreza extrema y principalmente del área rural carece de internet y dispositivos para recibir la enseñanza.

Debe recuperarse uno de los cambios que creó la pandemia a nivel emocional al no acudir a clases presenciales. Evaluar si una niña y niño que ingresó a primero primaria en 2020, aprendió a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir: si ese segmento no alcanzó esas metas serán dos años perdidos y un fracaso para el sistema educativo.

En el área metropolitana, con varios de los municipios más poblados del país en rojo resulta difícil creer que la capital permanezca en alerta naranja, cuando la mayoría de habitantes de esos municipios trabajan en industrias, comercios, y negocios del municipio de Guatemala. Sin embargo, el tablero así lo define. Los municipios denominados “dormitorio” tales como San José Pinula, Chinautla, Mixco, San Raymundo, Amatitlán, Villa Nueva, San Miguel Petapa, permanecen en rojo según ese cuadro esquemático de alertas sanitarias Covid-19. Al 8 de enero 2022, ese tablero establece 31 municipios en alerta roja, 79 en naranja y 230 en amarilla.

En su mensaje presidencial de segundo año de gobierno y mensajes radiales publicitarios (de mal gusto), el mandatario informó que brigadas acudirán a los centros educativos para inmunizar a la niñez, estrategia que difícilmente contendrá los contagios por la variante ómicrom.

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