José Roberto Alejos Cámbara

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José Roberto Alejos Cámbara

Estoy seguro que leer sobre cómo una comisión de nueve diputados redactaba el proyecto que se discutía en la Comisión de los 30 y cómo esta Comisión discutía y aprobaba lo que se debatía en el pleno para ser aprobado, no fue lo que provocó los ataques de los “net centeros, de los conservadores (por llamarlos de una manera cortés). Es más, ni creo que lo hubiesen leído.

Tampoco creo que les interese conocer cómo se aprobó y qué se aprobó  sobre el Organismo Judicial; con qué intención y menos, cuáles fueron los cambios a las reformas a la Constitución del 93 y el daño que éstas causaron, como lo fueron los cambios y la ley que aprobamos en la época en que yo ocupaba el cargo de Presidente del Congreso.

Aunque estos cambios estaban colmados de buenas intenciones, terminaron convirtiéndose en eso: buenas intenciones. Y como publicó Eduardo Mayora recientemente “… constituyentes del 84 involucraron al GANG y a la academia en las Comisiones de Postulación, con la idea de aislar los procesos de la política partidista”.  Lo dije y  lo acepto públicamente que así fue.  Sin embargo, “el efecto fue el contrario: politizar al GANG, aún más a la USAC y a algunas universidades privadas”, y vaya si no me consta que así es.

Lo que seguro les molestó, aunque sin poder definir con certeza y decir qué les duele más, fue leer que los militares del golpe de estado formaron un Consejo de Estado con representación de todas las ideologías y pensamientos políticos y sociales; que la comisión política de aquel consejo, formada por personas de pensamiento progresista, trazaron la ruta para regresar al sistema democrático que urgía. O leer que esos militares acudieron a nuestro Partido Revolucionario para tratar que los social demócratas en el exilio participaran en las elecciones a la Constituyente.

O quizás sería lo más reciente, que fue hablar sobre cómo en la Comisión Pesquisidora del Congreso llegaran a la conclusión de que lo que presentaron unos pocos ex constituyentes no era legalmente válido y que nuestro testimonio condujo a una auditoría que comprobó, aunque no hubo denuncia penal alguna, que recibieron dinero a cambio de hacerlo y que eran los mismos de siempre, dejando sin efecto su intento de juzgar a varios Magistrados a la CC que no eran de su agrado o conveniencia.

Aunque incluir en las narraciones lo que sucedía en nuestro país, como producto del conflicto interno, también debe molestarles, así como también recalcar que urgen las reformas en el sector justicia a nivel constitucional porque seguimos sin elegir cortes a pesar del mandato de la CC, igualmente los debe poner furiosos, por el hecho de que estas cortes los están protegiendo a ellos (los net centeros) o a quienes los financian.

Aunque de algo sí estoy seguro, decir que cambiar jueces, como lo están haciendo con la Aifán, por la vía de acusaciones legales, ya que ya sería mucho descaro cambiarla como cambiaron a Sandoval, sí los pone a trabajar.

Saben que no me pasé del lado de la social democracia o cristianismo que siempre fui, pero decirlo me hace ver como vendido o colaborador para que no me enjuicien, tratando así de restarle credibilidad a mi insistencia en la REFORMA CONSTITUCIONAL AL SECTOR JUSTICIA. ¡No saben que más fuerza nos dan!

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