Raul Molina Mejía

rmolina20@hotmail.com

Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

post author

Los arsenales para la “guerra psicológica” de Estados Unidos e Israel, que satanizan al contrario y ocultan sus propios crímenes (guerra que es financiada nacional e internacionalmente por grandes capitales), machacan constantemente que las acciones armadas de Israel en Gaza, verdadero genocidio contra el pueblo palestino, son válidas. Quieren convencer a la Humanidad que la seguridad de Israel solamente se garantiza con la apropiación de los territorios árabes ocupados y el exterminio de Palestina, pueblo y Estado. La pérfida alianza de Estados Unidos con Israel, en más de setentaicinco años ha hecho de Israel un monstruo de guerra y violencia, que ignora los acuerdos firmados y resoluciones de la ONU, viola el derecho humanitario internacional y las normas de derechos humanos. Netanyahu se ha lanzado así a la venganza por el ataque terrorista de Hamás.

Mientras Netanyahu y Biden se niegan a declarar un cese al fuego –solicitado por ciento cincuenta y tres Estados de la ONU– la propaganda pro Israel se centra en los muertos y rehenes de ese país a manos de los terroristas –condeno, sin reserva, la toma en Israel de más de doscientos cuarenta rehenes iniciales y mil doscientos muertos– y esconde o tergiversa la realidad de la brutal destrucción de Gaza, las decenas de miles de palestinos muertos y el irrespeto absoluto a la población palestina. La propaganda pro Israel utiliza la acusación de antisemitismo a cualquier persona o entidad que critique las barbaries israelíes, aunque miles de judíos en el mundo entero denuncian en protestas las acciones de Israel contra los pueblos árabes, incluidas en Israel mismo, y miles de funcionarios del Gobierno de Estados Unidos exigen que EE. UU. cambie su política, para respetar los derechos humanos y buscar la paz. De hecho, de perder Biden las elecciones presidenciales en noviembre, el factor fundamental será su actual defensa de las atrocidades de Israel.

La prensa de Guatemala es presionada por la CIA para defender la alianza de Israel y EE. UU. Y personas judías son instadas a pronunciarse en apoyo a Netanhayu, como la Sra. Rebeca Permuth de Sabbagh, presidenta honoraria de la comunidad judía. Al leer su artículo, vemos cómo las mentiras proliferan –los enemigos de la solución de dos Estados que coexistan en paz son los derechistas de Israel, quienes tratan de adueñarse de los territorios palestinos, y asesinaron a Rabin y Arafat, por el  acuerdo que les mereció tanto el Nobel de la Paz como su muerte. Es cierto que “un Carlos López”, al pedir, acertadamente, que el TLC entre Guatemala e Israel quede congelado, pudo haber exagerado, al comparar el Holocausto nazi con el genocidio que Israel comete en Gaza; pero la cifra que da dicha señora de muertos en Palestina –unos treinta y siete mil– es una ofensa a la Humanidad; peor al comprobarse que se trata de gente inocente, principalmente niñas y niños. Los judíos en el mundo, que aún sufren el antisemitismo y la discriminación, pierden su autoridad moral, como pueblo perseguido, por el nuevo golpe de las autoridades sionistas en Israel. Insto a poner fin a la guerra y a la pérfida alianza estadounidense-israelí.

Artículo anteriorAuditoria social en salud
Artículo siguiente¿Quién reparará el daño hecho?