Raul Molina Mejía

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Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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Raúl Molina

Las elecciones generales de 2023 son un gran fraude, no solamente para el Poder Ejecutivo y Congreso, sino que también para todos los demás puestos de elección popular. Carece de legitimidad y abre las puertas para golpe militar –como ocurrió contra Ydígoras en 1963– el estallido social o la lucha revolucionaria. La CC puede apaciguar los ánimos, si permite la participación del binomio presidencial del MLP; pero sólo la repetición del proceso, bajo renovadas y justas normas, puede devolverle legalidad y legitimidad a la consulta popular. Dudo que el apaciguamiento pueda ocurrir, pese a la presión de la comunidad internacional, porque las mafias están ebrias de poder. Pese a algunos parches que a última hora puedan colocar, el enfermo no tiene cura.

Debemos felicitar a las fuerzas políticas honestas y sectores sociales asociados por sus esfuerzos por ganar lo más posible en este proceso sumamente adverso. La lucha por la Dignidad Nacional ha tomado formas diversas. Se han intentado espacios de diálogo y unidad que son dignos de reconocimiento, porque son germen de la unidad que habrá de darse hacia el futuro, libre de falsas e ineficaces hegemonías. El proyecto unitario mejor logrado ahora ha sido en torno a Juan Francisco Solórzano Foppa como candidato a alcalde de la ciudad capital. Se han sumado tres partidos políticos honestos –Semilla, URNG y Winaq– y parte del movimiento social que considera que la lucha política es obligada. Es ya una fuerza poderosa, razón por la cual las mafias han tratado de desactivarla. Impidieron la candidatura de Solórzano, a quien hoy el MP ha apresado con espuria acusación, al comprobar su liderazgo para que la planilla municipal siga adelante. Según las normas de las municipalidades, en caso de faltar el alcalde, el concejal primero asume y, a falta de éste, el concejal segundo, tal como funcionan los decanos en sucesión del rector de la USAC. El TSE se niega a aceptar este reemplazo, con Ninochtka Matute, en inconstitucional violación de la autonomía municipal. Una nueva lucha legal se abre; pero en un sistema de justicia secuestrado.

Seguirá la lucha contra el fraude. Por un lado, el MLP espera a que la CC determine, en plazo de setentaidós horas, que su binomio presidencial sí pueda participar en la elección del 25 de junio. Se han presentado documentos que avalan la solicitud, los cuales, de no ser aceptados, serán entregados a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por grave violación del derecho a elegir y ser electo. Por otro lado, Manuel Villacorta, candidato de VOS, de manera audaz e inteligente, propia de un estadista, ha invitado al binomio presidencial de “Podemos”, también excluido de manera antojadiza, a forjar sólida alianza para derrotar a las mafias. El “oficialismo” verá esta potencial alianza como una amenaza y tratará de impedirla de cualquier manera, legal o ilegal. Falta mucho por recorrer; me atrevo a vaticinar que si la ciudadanía toma en serio su papel se superará la crisis. Si bajamos la abstención y convencemos a migrantes y sus familiares en Guatemala que hay opciones honestas que pueden ganar, la victoria es posible.

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