Como candidato fuera del país, insto a ciudadanos y ciudadanas en el extranjero a que apliquen el “Voto Castigo” contra las mafias enquistadas en el Estado. No serán muchos votos, porque Congreso, TSE y CC acordaron que se votara sólo en un número limitado de ciudades de Estados Unidos, y será con el “voto castrado”, para elegir sólo binomio presidencial. Es parte del “circo electoral” del TSE y no dará la oportunidad de expresar nuestra indignación contra el Estado secuestrado ni ejercer nuestro pleno derecho. Aún peor, el TSE, por orden del CACIF y de manera ilegal, ha bloqueado la participación del binomio presidencial del Movimiento de Liberación de los Pueblos (MLP), integrado por Thelma Cabrera y Jordán Rodas. En las elecciones de 2019, la mayor cantidad de votos de EE. UU. se emitió por Thelma Cabrera, por lo que la maniobra actual del TSE ha eliminado la candidatura preferida por la ciudadanía fuera del país. El “voto castigo” se hubiese concretado votando en masa por el binomio del MLP; pero esa opción queda en manos de la CSJ y la CC, instrumentos de la dictadura de la corrupción legalizada, con mínimas posibilidades de que la autoricen.
Pese a este oscuro panorama, el “voto castigo” se puede aplicar de varias maneras. Primero, hay que hacer intenso trabajo de hormiga para informar y sensibilizar –el mismo que ha demostrado su poder, ya que permite que las y los migrantes no regularizados todavía se mantengan en EE. UU.– para no dar un solo voto a la gente deshonesta y delincuente. Ni un voto a Sandra, Zury, Arzú, Mulet, Conde y un resto de personas “conocidas sólo en su casa”, de quienes destaparemos oportunamente sus fechorías. Si el MLP fuese excluido, se reducen las opciones de binomio presidencial para las y los ciudadanos en el extranjero a tres: Winaq-URNG, Semilla y Vos. Recomendamos en ese caso que acudan a votar, sin excepción, y que voten por una de esas tres opciones. Desde luego, no es lo único que podemos hacer desde el extranjero. Si durante el período electoral se donara a las fuerzas honestas el uno por ciento de las remesas, se canalizaría a sus campañas varios millones de dólares “limpios”, suficientes para satisfacer las necesidades de propaganda y presencia en todo el país.
La forma más eficaz de participación, sin embargo, es que todas y todos los migrantes, particularmente las y los ciudadanos que no podremos votar, nos dirijamos a nuestros familiares y amistades en Guatemala, para pedirles que apliquen el “voto castigo”: todos los votos a las opciones honestas (tres) y ni un solo voto a las candidaturas mafiosas (el resto), es decir, que voten en representación nuestra. Confiaría en que pasan de los dos millones las y los ciudadanos que pueden respondernos afirmativamente, suficientes para ganar las elecciones presidenciales y llenar el Congreso de gente proba. Además, en vez de tener más de la mitad de las trescientas cuarenta alcaldías dedicadas al robo y la corrupción, podríamos lograr la autonomía municipal ejercida en favor de los municipios en más de trescientas municipalidades. ¡Una verdadera independencia! Es esta la gran fuerza del “voto castigo”; que nadie se quede atrás.