Raul Molina

Todo parecía ir viento en popa para la maquinaria de la corrupción -CACIF, sectores trumpistas de EE.UU., crimen organizado y todos sus títeres en el Poder Ejecutivo, Congreso y Poder Judicial- con la arremetida de Consuelo Porras contra fiscales íntegros, de Silvia Valdés contra jueces probos y la aprobación de enormes sumas de dinero en el Congreso para satisfacer el hambre de las hienas que pululan por todos lados, incluidas las fuerzas armadas y las fuerzas policiales. Daban por hecho ya que la PDH sería reducida a su mínima expresión, que la Contraloría de Cuentas continuaría siendo cero a la izquierda y que el TSE haría un mapa electoral que garantizaría que presidente y Congreso próximos quedaran aún más atrapados en sus garras. Hasta se ilusionaban con quedarse con la rectoría de la Usac. Para todo ello, era esencial que Consuelo Porras quedara en la lista de candidatos a Fiscal General, para que Giammattei la dejara al frente del MP, por la vía “legal”, pese a la oposición de la Administración Biden. Mafiosos y mafiosas se felicitaban por su argucia.

De repente, el minucioso plan tronó, porque el sector honesto de la Comisión de Postulación, soportando presiones, extorsión y amenazas, obedeció al clamor ciudadano de que Consuelo Porras quedara excluida de la lista a ser enviada al presidente. Tras seis rondas de votación, ocho votos fueron contra Porras y siete a favor de ella, aunque ya protestan las y los estudiantes contra Decanos que han caído en el “pacto de corrupción” y votaron por ella. Mafiosas y mafiosos entraron en pánico: Valdés amenazó a la Comisión, exigiendo la inclusión de Porras; siniestros abogados salieron a presentar recurso de amparo ante el foco de inconstitucionalidad, presidido por Dina Ochoa; y, hasta se armó un lío entre Porras y Giammattei, porque éste no la ha respaldado como candidata. El pánico les ha llevado al intento de “golpe jurídico” contra la poca institucionalidad que va quedando, el cual puede o no fracasar, ya que los antecedentes de elecciones anteriores indican que, por razones políticas, candidatos con altas calificaciones pueden ser dejados fuera de la lista. En esta ocasión, por razones políticas se descalifica a Porras, pese a su nota obtenida gracias al plagio de su tesis doctoral. Por el bien de Guatemala, se aparta a la peor fiscal de la época posterior a la firma de la paz, quien encabeza la Lista Engel de Guatemala.

Si prosperara la jugada de la CC, el ilegal “golpe jurídico”, y se obligara a la Comisión a incluir a Porras en la lista para el presidente, llevaría a Giammattei a su inminente caída. Si escoge a Porras, la Administración Biden le aplicará el método Juan Hernández de Honduras, sin esperar a que termine su período; si no la escoge, la mafia procederá a su remoción al plazo más corto posible. La encrucijada ha sido causada por ellos mismos, al entrar en pánico y no tener la capacidad de actuar en aparente democracia. Mientras tanto, acojo con gran satisfacción el paro plurinacional convocado para el 22 de abril por CODECA y muchas organizaciones más. A partir de ahora, nadie puede predecir qué pasará en nuestra sufrida Guatemala.

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