Especialista en Prótesis Oral
Director Clínico, Investigación y Estrategia, Centro Dental Multimédica, Guatemala
Resumen
La salud bucal continúa siendo una deuda estructural del sistema de salud guatemalteco, profundamente condicionada por inequidades históricas, visión curativa y ausencia de políticas públicas sostenidas. Este artículo propone un enfoque estratégico basado en tres pilares esenciales: una odontología Pública, Primaria y Preventiva. La implementación de este modelo requiere voluntad política, reformas institucionales, articulación intersectorial, y sobre todo, un firme compromiso con la equidad en salud. Se plantea la necesidad de un Viceministerio de Salud Bucal, la formación y regulación de higienistas dentales, y la integración real de la atención odontológica al primer nivel de atención.
Introducción
En Guatemala, la atención odontológica ha sido históricamente relegada a un segundo plano dentro del sistema nacional de salud. La limitada cobertura, el enfoque eminentemente curativo y la falta de personal capacitado, han dado lugar a una realidad alarmante: miles de guatemaltecos padecen dolor, discapacidad y exclusión social a causa de enfermedades bucales prevenibles. Frente a esta situación, resulta impostergable adoptar un nuevo marco conceptual que permita reorientar la odontología hacia un modelo más justo, funcional y sostenible. Este modelo se sustenta en las 3P: lo Público, lo Primario y lo Preventivo.
1. Odontología Pública: Salud Bucal como Derecho, no como Servicio de Mercado
La atención odontológica no debe continuar dependiendo de la capacidad de pago de los pacientes. Es un tema de derechos humanos, justicia social y dignidad. Un Estado que aspira a garantizar bienestar debe incluir servicios odontológicos básicos dentro de su cobertura universal, financiados con fondos públicos, sin distinción por nivel socioeconómico.
La salud bucal tiene impactos directos en el aprendizaje infantil, la productividad laboral, la salud sistémica y la autoestima. Invertir en ella no solo es éticamente correcto, sino financieramente sensato. Un sistema público sólido evita mutilaciones innecesarias, reduce costos hospitalarios y mejora la calidad de vida a gran escala.
2. Odontología Primaria: La Odontología en el Primer Nivel de Atención
El modelo biomédico fragmentado ha desplazado a la odontología del enfoque integral de salud. La atención primaria, entendida como la puerta de entrada al sistema, debe incluir al odontólogo como parte activa del equipo de salud comunitaria. Su integración permite detectar precozmente enfermedades bucales, intervenir en etapas tempranas y abordar comorbilidades con patologías sistémicas como la diabetes, enfermedades cardiovasculares o complicaciones del embarazo (1,2).
La falta de odontólogos en los centros de salud del país perpetúa la invisibilización del problema. Es urgente crear plazas estructurales en los servicios de primer nivel, formar equipos multidisciplinarios funcionales y garantizar una red pública territorialmente distribuida.
3. Odontología Preventiva: Educar, Promover, Prevenir
La evidencia es clara: los programas de prevención reducen la incidencia de caries, enfermedad periodontal y pérdida dental (3,4). Sin embargo, en Guatemala, más del 85% de los escolares presentan caries activa (5), y los programas escolares de salud bucal han sido abandonados o nunca implementados.
La prevención debe institucionalizarse como una política nacional de salud. Esto implica establecer programas escolares dirigidos por higienistas dentales y promotores comunitarios capacitados, apoyados por materiales educativos, recursos estatales y articulación con el Ministerio de Educación. La salud bucal debe enseñarse y vivirse desde la infancia.
Propuesta Estratégica para Guatemala
Para transitar de un sistema excluyente hacia un modelo basado en las 3P, proponemos:
La creación de un Viceministerio de Salud Bucal, con autonomía operativa y recursos específicos.
La formación técnica y regulación profesional de higienistas dentales y auxiliares comunitarios con estándares nacionales.
La inclusión explícita de la salud bucal en el Seguro Nacional de Salud y en las estrategias de atención primaria.
El despliegue de unidades móviles y clínicas comunitarias que aseguren cobertura en zonas rurales, indígenas y periurbanas.
La incorporación de un currículo nacional de salud bucal escolar, desarrollado con participación intersectorial e inclusión cultural.
Conclusión
La transformación del sistema de salud bucal en Guatemala exige una visión de país. La odontología debe dejar de ser un lujo para unos pocos y convertirse en parte esencial de un sistema de salud justo y eficiente. Las 3P —Pública, Primaria y Preventiva— no son solo un eslogan, sino un marco operativo posible, basado en la experiencia internacional, la evidencia científica y las urgencias sociales de nuestro país. Este cambio es viable si se acompaña de voluntad política, compromiso académico y protagonismo comunitario.