Jóvenes por la Transparencia

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Lisa Marie Villela
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La minería en Guatemala ha estado plagada de controversia, con una narrativa predominante que sugiere que provoca daños irreparables al medio ambiente y a las comunidades locales. Sin embargo, esta visión no contempla la complejidad ni las potenciales ventajas de la industria extractiva. Este artículo refuta la idea de que la minería es inherentemente destructiva, y también explora cómo, con regulaciones adecuadas y ejemplos de manejo responsable a nivel global, Guatemala podría transformar este sector en una fuente de desarrollo sustentable y beneficio económico. Al observar los modelos de Noruega, Guyana y la Primera Nación Squamish en Canadá, podemos aprender cómo la gestión prudente de los recursos naturales puede financiar el bienestar público sin sacrificar nuestro entorno.

En el 2025, la extracción petrolera Perenco terminará sus operaciones en el Parque Nacional Laguna del Tigre, en el municipio de San Andrés, Petén. El Decreto Número 71-2008, estipula la forma en la que se deben distribuir las regalías provenientes de la actividad de hidrocarburos. Durante el 2019 el aporte total de Perenco entre impuestos, aportes, donaciones y regalías fue de Q176.5 millones, en comparación la industria cervecera aportó Q365 millones. Perenco, una sola empresa operando un solo pozo de extracción de petróleo, aportó el 48.36% de impuestos que aporta toda la industria de cervezas. ¿Por qué no se refleja esta inversión en la comunidad en la que opera? Al indagar en las cifras parece ser un problema de administración y de la distribución de fondos. El presupuesto de la municipalidad de San Andrés fue de Q32.66 millones, de los cuales Q2.11 millones provienen del petróleo, solamente el 6% del total del presupuesto municipal. Las regalías del estado en el 2019 fueron de Q42.75 millones, de las cuales la municipalidad donde opera Perenco no recibe ni un centavo. Muy diferente fuera la historia para San Andrés si, por ejemplo, hubiera recibido el 5% que Fonpetrol reparte entre los 22 Codedes del país o el 20% que reparte entre los Codedes de Petén y Alta Verapaz. De mayo de 2009 a noviembre de 2023, Fonpetrol recibió Q6 mil 357 millones 406 mil 894.60; de los que la municipalidad de San Andrés recibió alrededor del 1%. Lo que reflejan estas cifras es el abandono del Estado hacia la comunidad donde opera Fonpetrol, y la evidencia que el Estado sí ha recibido ingresos sustanciales es y ha fallado en administrarlos correctamente.

Noruega cuenta con una de las reservas de petróleo más grandes del mundo y ha logrado aprovechar al máximo las regalías de la extracción, al exigir contar con al menos una participación del 51% en cada proyecto. Así también, la mayoría de estas ganancias son depositadas e invertidas en el Fondo Global de Pensiones del Gobierno de Noruega; que en el año 2023 obtuvo un beneficio de 195 mil 500 millones de euros. Noruega es un claro ejemplo de cómo los ingresos de la extracción de recursos se pueden utilizar para crear programas que beneficien directamente a los ciudadanos, al financiar sus pensiones.

Un ejemplo más cercano a nosotros es Guyana, el país sudamericano que recientemente encontró yacimientos de petróleo en sus costas, valorados en 150 mil millones de dólares. En el siglo pasado, Guyana estaba catalogado como el segundo país más pobre de Latinoamérica, mientras ahora el FMI estima que es la economía que más rápido crece en el mundo. Al igual que Noruega, Guyana ha decidido implementar un Fondo Soberano para administrar los ingresos procedentes de la extracción y así evitar su mala administración. Con respecto a las preocupaciones climáticas, el presidente Irfaan Ali, en una entrevista con la BBC, rebatió al entrevistador que le cuestionaba las toneladas de emisiones de carbono que la extracción generará. Ali afirmó que Guyana seguirá siendo un país con emisiones netas de carbono cero, debido a las actividades de conservación y reforestación que llevan a cabo. Guyana es un país que ha sabido aprovechar sus recursos naturales, extraerlos y obtener una ganancia para su población, sin descuidar el medio ambiente.

Un último ejemplo, un poco diferente, es el de la Primera Nación Squamish en Canadá, que luego de una larga lucha legal obtuvo de regreso la tierra que legítimamente le pertenecía y que le había sido arrebatada a principios del siglo XX. Contrario a lo que uno esperaría de una tierra autóctona, en la reserva que se encuentra cercana al centro de Vancouver, se está construyendo un proyecto habitacional que contará con 11 torres de apartamentos con 6,000 hogares. Este proyecto, por una parte, ayudará a aliviar la crisis de vivienda en Vancouver, así como les proporcionará ingresos y riqueza a los miembros de la Nación Squamish. El complejo habitacional será llamado Sen̓áḵw, y es claramente un ejemplo de cómo los pueblos originarios pueden apropiarse de sus tierras ancestrales y utilizarlas de forma de ser los mayores beneficiados.

Para que la minería contribuya efectivamente al desarrollo sostenible en Guatemala, es crucial implementar una serie de políticas enfocadas tanto en la protección ambiental como en el beneficio económico local. Continuando con el ejemplo de Perenco, la municipalidad de San Andrés recibe alrededor del 1% de los ingresos que genera la empresa para el Estado, no es de sorprender que el impacto en el municipio ha sido mínimo. Noruega cuenta con una participación estatal del 51% en proyectos extractivos, Guatemala con una participación del 30%; a pesar de la cifra, no se ve el impacto de estos ingresos en el país. Es necesario que se le dé un mayor espacio a las municipalidades en las que operan las empresas extractoras, y que estas reciban un mayor porcentaje de los ingresos; empoderar a las comunidades, como a la Primera Nación Squamish, significa dignificarlas y permitir que tengan injerencia y beneficios tangibles de las operaciones en su territorio. Si se quiere aprovechar los ingresos que la industria extractiva genera, se debe dar una mejor administración de los ingresos y una mayor transparencia de lo que se hace con estos.

En lugar de condenar indiscriminadamente la minería y la extracción de petróleo, Guatemala debe adoptar un enfoque más matizado. El petróleo sigue teniendo un rol sumamente importante en el mundo, y Guatemala tiene recursos que puede aprovechar, y utilizarlos para impulsar el desarrollo del país. La minería juega un rol sumamente importante en la transformación energética, al ser esencial para la elaboración de paneles solares, plantas eólicas y baterías de vehículos eléctricos, por ejemplo. Con la tendencia hacia energías más sostenibles, Guatemala tiene la oportunidad de introducirse en este mercado, que puede ser un motor de desarrollo y prosperidad económica. Es fundamental que el gobierno, las comunidades y el sector privado trabajen en conjunto para aprovechar al máximo los recursos con los que cuenta el país.

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