Jóvenes por la Transparencia

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Pablo Mendoza.  Exbecario UGRAD del Departamento de Estado de los EE. UU. y estudiante de Ciencias Jurídicas y Sociales

Redes sociales

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Tenemos 15 días desde que las redes sociales del Gobierno activaron sus comentarios nuevamente; 15 días desde que las rejas y elementos de la policía fueron retirados de las cercanías del Palacio Nacional y del Congreso de la República; 15 días desde que tenemos nuevo ‘ungido’, como dice la tiktoker, Gloria Álvarez, respecto del presidente Bernardo Arévalo.

En el funcionamiento de las relaciones, uno de los aspectos más influyentes es la comunicación. Eso de sentirse escuchado activa y empáticamente no es cosa menor, y el nuevo Gobierno lo sabe (aunque tu ex lo ignore). Luego de años de ‘ley del hielo’ en nuestra relación Gobierno-Pueblo, vemos a un ministro de gobernación enviando elementos de seguridad frente al Hospital Roosevelt, en menos de 30 minutos, gracias a una denuncia ciudadana realizada en Twitter. Vemos a un secretario general recibiendo en su despacho a la sociedad civil con 145 mil firmas para solicitar la renuncia de la fiscal general, y presentando desestimaciones a las denuncias que pretendían criminalizar a influencers por parte de la anterior administración por expresarse libremente. Vemos que comunicarse con el Gobierno, después de mucho tiempo, no significa lanzar palabras al vacío.

Según la reciente encuesta realizada por Oxfam en Guatemala, el 81% de los jóvenes considera que el gobierno de Arévalo estará muy o algo influenciado por la gente. Efectivamente, al menos la percepción ciudadana de los jóvenes respecto de esta nueva administración está cambiando. ‘Ya me prometió que va a cambiar’, escribía Lucrecia Hernández Mack, un 20 de agosto del 2023, luego de realizarse la segunda vuelta electoral que nos permitiría tener nuevo ‘ungido’. La diputada de Semilla 2020-2024, que decía tener una relación misógina con el país, comprendió, mucho antes que nosotros, que algo se estaba transformando en el vínculo tóxico Gobierno-Pueblo. Vínculo que, tan sólo seis meses después, reflejaría al 47% de las juventudes sintiendo esperanza respecto del Gobierno de Bernardo Arévalo, según la misma encuesta realizada por Oxfam en los últimos meses.

Aunque, la confianza en las relaciones es un aspecto que se construye con trabajo durante un largo tiempo, y es demasiado prematuro afirmar que este podría llegar a percibirse como uno de los mejores gobiernos de la era democrática en Guatemala. Arévalo, más allá de ser el ‘ungido’, como sugieren algunas voces rancias, es la prueba real de lo que se murmura en las calles: el árbol siempre recordará donde estuvo su semilla. El anhelo de saber que podemos vivir con dignidad, es una posibilidad que ahora se ha vuelto exigible nuevamente, después de mucho tiempo. Es difícil olvidar a personas adultas con carteles que, durante el último año, clamaban: ‘hemos esperado la primavera desde 1944’; rememorando las inevitables conexiones entre el Gobierno de Juan José Arévalo Bermejo y la actualidad.  

Sin duda, la #NuevaPrimavera que merecemos este 2024 por parte de la nueva administración no hace referencia a flores brotando por todos los rincones de la República, ni a mariposas en los anuncios de gobierno. La #NuevaPrimavera representa ese 73% de las juventudes que cree que Arévalo será capaz de lograr un cambio a mejor; representa esas pequeñas dosis de esperanza diaria que se transforman en ecos constantes para la población más vulnerable en nuestros territorios… incluyendo a esa población que sufre la desnutrición, el desempleo y la inseguridad, a causa de la corrupción, hasta en la única universidad pública del país. Todos ellos y ellas que, el viernes 26 de enero del presente año, sufrieron un atentado en la Facultad de Derecho, hoy tienen la esperanza de una vicepresidenta que siendo también ‘sancarlista’ no olvidará la importancia de recuperar nuestras instituciones de la cooptación.

De un joven guatemalteco sancarlista a todos los representantes electos popularmente, pero principalmente al presidente Bernardo Árevalo y a la vicepresidenta Karin Herrera: ¡por favor no olviden esos ecos de esperanza que representan! ¡por favor no nos olviden en el camino!

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