De acuerdo con la metodología que hemos estado dando a conocer, en esta columna explicamos cómo nos basamos en los siete elementos de la negociación a los que podríamos llamarle siete pasos o siete temas, que deben estar presentes en cualquier negociación. Con anterioridad, hemos mencionado ya de la importancia de alguno de ellos.

Para poder hablar de negociación, hay que ir a la mesa misma de la negociación con propuestas claras y concretas a las que llamaremos opciones, que van más allá de opiniones o preferencias. ¿Qué es lo que hace que haya diferencia entre hablar de opciones o preferencias? Y es que las opciones tienen que ser objetivas y justas, lo cual también explicamos más adelante, y lo que nosotros llamamos legitimidad, no en terminología legal, sino más bien un tema de justicia.

He estado dando como ejemplos de negociación, todo lo que está sucediendo en estos momentos entre el actual gobierno, al que tenemos que dejarle de llamar así, por los problemas que está confrontando. Básicamente di ejemplos de cómo fue la toma de posesión o transición y las negociaciones que se han venido dando alrededor del Congreso la República.  Hoy tenemos que hablar de lo que está pasando con el Ministerio Público.

Cuando hablamos del Ministerio Público y el actual gobierno, no podemos hablar de negociación, ya que de alguna manera aquí no hay negociación. Esto, porque está muy claro que estamos frente a dos grandes temas: por un lado, el gobierno que considera que la Fiscal del Ministerio Público no tiene legitimidad por la forma en que fue electa, además porque pareciera haber tomado partido al ver cómo los juicios que se tenían en contra de la corrupción se han ido terminando. Asimismo, vemos cómo los casos se han ido cerrando, muchos de los cuales sin llegar a sentencia, usando el tema de la falta de prueba, o desistimientos donde el delito no existía y otros argumentos tales como no tomar en cuenta las declaraciones de los testigos protegidos o colaboradores eficaces, además sin que se haya abierto ningún proceso en contra de las acciones del gobierno que recientemente terminó, un gobierno que a todas luces se sabe que cometió actos de corrupción de manera descarada y donde el Ministerio Público ni siquiera inició investigaciones.

Y, por otro lado, la postura de la Jefa del Ministerio Público, Fiscal General de la nación que a todas las luces no ha dado muestras de querer tener un diálogo, ni ha dado un mínimo paso, lo cual es indispensable para arrancar una negociación. Por el contrario, ha dejado muy claro su papel y postura de mantener una confrontación con el actual gobierno, lo cual ya venía desde la época de las elecciones, durante la época de transición, y aún en los momentos clave de la toma de posición.

Este es un ejemplo de cómo no se puede hablar de negociación, cuando la negociación no existe y las partes no quieren que exista. Todo, porque el primer paso para una negociación es preguntarse si esto realmente es una negociación o estamos frente a una orden, un mandato y, en este caso, frente a una confrontación, como podría ser en otros casos cuando lo que hay es competencia. Entonces, está claro que aquí no podemos hablar de términos de negociación y mucho menos de llegar con opciones legítimas a una plática, debido a que de ambos lados, lo que menos se busca es negociar.  El gobierno ha dejado muy claro que lo que quiere es evitar que la Fiscal General continúe en su puesto y la Fiscal ha dejado claro que ella no está dispuesta a renunciar, ni siquiera a dialogar o rendir un informe y explicar qué es lo que está haciendo, aduciendo independencia del Ministerio Público como parte de los pesos y contrapesos que deben existir en un gobierno.

NO SE VALE, que no quede claro que para que haya una negociación, todas las partes tienen que salir satisfechas; de lo contrario, no es una negociación.  En este caso en particular, una de las partes tiene que salir no satisfecha, ya que como explicamos, lo que la intención del gobierno busca es que doña Consuelo Ya No siga al Frente del Ministerio Público.  Y, por otro lado, doña Consuelo ha dejado bien claro que no está dispuesta a renunciar; que quiere seguir al frente del Ministerio Público y, con el respaldo de otras instituciones tales como la Corte de Constitucionalidad, continuar con los procesos y las investigaciones que tenía durante el proceso electoral.

YA ES HORA, que comprendamos que aquí ya no se trata de un tema político electoral; se trata de un tema relacionado con la gobernabilidad del país, ya que si la fiscal General de la Nación ha dejado muy claro que va a seguir investigando al Partido de gobierno y a quienes lo encabezan, además que no está dispuesta a sentarse a dialogar, o a informar lo que está haciendo la Institución a su cargo y mucho menos explicar por qué no ha abierto procesos en contra de los funcionarios del gobierno que recién entregó, y por qué los Fiscales a su cargo no han apelado, cuando han dejado en libertad a muchas personas que a todas las luces no tenían que haber quedado libres. 

El gobierno quiere tener una organización totalmente diferente a la que tenía el gobierno anterior y eso incluye a la Fiscal General, no sólo porque tiene una guerra declarada contra el mismo gobierno, sino porque a todas luces demostró ser parte de la forma de hacer gobierno que la población ya no quiere ver.

Por lo tanto, vamos a seguir viendo una lucha en la que, aunque las redes sociales y la población se manifieste de alguna manera, ninguno de los dos bandos va a ceder y mucho menos intentar sentarse a negociar. El Ministerio Público continuará con la persecución en contra del actual gobierno y los funcionarios que lo componen; y por el otro lado, el actual gobierno seguirá su lucha por cambiar a la Fiscal General, como parte de sus ofertas de campaña que para cambiar al país había que cambiar a quienes gobiernan y no perseguir a todos aquellos que fueron cómplices del gobierno anterior. La corrupción no necesariamente es algo basado en dinero, ya que el tráfico de influencias y defender a quienes han hecho su dinero de manera ilegal, también se llama corrupción.

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