Está claro que Manuel Conde, sin que metan la mano el 25 de junio, no gana la elección presidencial. VAMOS consideró otras opciones con las que quizá “le podían tapar el ojo al macho” si querían hacer alguna locura el 25 de junio, pero como recibieron un no de todos a los que les ofrecieron la candidatura, se quedaron con Conde.
Pero recientemente, agentes de VAMOS han expresado que seguirán gobernando el país por medio de “80 diputados y al menos 120 alcaldes”. En otras palabras, le apuestan a controlar el Congreso y tener fuerza local por medio de los alcaldes.
VAMOS como partido no meterá 80 diputados, pero el oficialismo ha sido hábil en lograr tener partidos satélite donde han metido diputados que son afines a Alejandro Giammattei y Miguel Martínez y de esa manera estiman poder tener al menos incidencia en el Congreso.
Este Gobierno ha permitido que muchos actores políticos y sus socios particulares se bañen en dinero. Obras, contratos, medicinas y un largo etcétera forman el rosario de manera en las que han derrochado el dinero de la gente en favor de personas en particular.
Pero no estando en el poder y sabiendo que muchos diputados no guardan “lealtades”, es probable que pacten con el gobernante de turno y sigan haciendo los negocios con el ganador. El Oficialismo apuesta a su “control de todas las instituciones” como una herramienta para obligar a los políticos a pactar con ellos.
Giammattei se dice un presidente municipalista y le ha dado millones a los alcaldes (especialmente a algunos) y sin embargo, uno no ve mucha inversión en los lugares porque han dejado que ese dinero se termine usando para beneficiar a los políticos y a sus socios con la mirada complaciente de la Contraloría y la inactividad del Ministerio Público (MP). Son esos fondos con los que ellos esperan mantener lealtades.
Ahora andará en marcha el diseño para abordar al Presidente ganador y por eso es que es importante analizar cómo se expresan los punteros del Gobierno, del Presidente y del rol del señor Martínez que ha sido el Centro del Gobierno.
El Gobierno ha pactado con muchos políticos y les ha dado acceso a plazas y fondos para que puedan hacer sus campañas y por eso es que aspiran seguir teniendo incidencia en la gobernanza del país. Queda la sensación que Giammattei y Martínez han bajado el perfil y buscan pasar por debajo del radar, pero sin duda que tienen en mente los acuerdos que querrán alcanzar con los ganadores.
Hay muchos meses de transición y en esos meses el rol de la Contraloría y el Ministerio Público será clave porque esas pueden ser algunas de las herramientas que se utilicen para “forzar” los acuerdos.
Algunos se molestan que se le ponga ojo al oficialismo, pero siendo que tienen a su acceso el dinero de la gente, el control de las instituciones, no podemos asumir que se quedarán quietos y sin seguir metiendo sus manos en las elecciones.
Lo último que necesitamos en este proceso electoral con tantos puntos complicados, es que el día de las elecciones alguien se quiera poner a jugar con los sistemas.