Edith González

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Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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Gracias por estar siempre que te necesito, por tu amor infinito y tu paciencia incondicional.

J.P.Richter

El pasado miércoles 10 de mayo, las calles no tuvieron tanto tráfico. Este día fue de celebración en familia, para las personas que cuidan, enseñan, y reparten su cariño al resto de los miembros y de manera especial a los hijos.

La familia celebró el “Día de la Madre”. En distintas esquinas pudo observarse a vendedores de flores ofreciéndolas para ser entregadas a las mujeres que han engendrado un hijo, que dan la vida y une a la familia. La madre.

Si bien estoy de acuerdo con las personas que piensan que todos los días son días de la madre, por los esfuerzos que realizan para mantener todo en orden: La limpieza de la casa, comida caliente en la mesa, ropa limpia y planchada, además de entregar su tiempo a jugar con los pequeños o escuchar a los más grandes.

También creo que un día especial que nos ponga a pensar en lo que nuestra madre representa para cada uno o en lo que nosotras como madres representamos en la vida y en el futuro de nuestros hijos, es importante y gratificante.

Se cree que la razón de elegir el mes de mayo para esta celebración es porque representan la floración de la primavera en el hemisferio norte y “el triunfo de la vida”, y los festejos convergen con las festividades religiosas católicas que se llevan a cabo en honor a la Virgen María, Madre de Jesús.

Los historiadores señalan las primeras celebraciones del Día de la Madre en la antigua Grecia, donde se le rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades.

En el siglo XVII, en Inglaterra, se celebraba el “Domingo de las Madres”, cuando luego de la asistencia a la misa los niños entregaban presentes a sus madres quienes gozaban de asueto en sus trabajos para poder asistir y compartir.

Ya en el siglo XIX en 1865, la activista Julia Ward Howe organizó protestas pacíficas y celebraciones religiosas en Boston, con la participación de madres que fueron víctimas de la Guerra de Sucesión.

La activista Ann Jarvis en Virginia, emuló estas manifestaciones y reunió a varias madres para conversar sobre diferentes temas de interés en esa época. Al fallecer, su hija Anna decidió rendirle homenaje con un Día de la Madre todos los años, el segundo domingo de mayo, logrando que fuera reconocido oficialmente por el presidente Woodrow Wilson en 1914.

Guatemala adoptó la celebración y en 1968, a iniciativa del presidente Julio César Méndez Montenegro, se incorporó a la celebración del Día de la Madre, según decreto 1794, del Congreso de la República, estableciendo día de asueto con goce de salario el 10 de mayo de cada año para las progenitoras trabajadoras, lo que les permite estar en casa y compartir con sus hijos o acudir a las celebraciones que colegios, iglesias y otras instituciones realizan para ellas.

En el Hospital de Policía Nacional Civil el doctor Jorge Mario Cifuentes, su director dirigió unas emotivas palabras el 10 de mayo y entregó rosas a cada una de las madres de la consulta externa y a las que se encuentran en internamiento. La celebración fue completada ´por una actividad conducida por los licenciados Werner Godoy y Susana Oscal, de la Unidad de Psicología de dicho hospital.

Y la celebración se alargó hasta el jueves 11 cuando las madres trabajadoras del hospital fueron agasajadas con una celebración que incluyó música, rifas, cantantes, almuerzo y por supuesto recibieron una rosa de manos del director, doctor Jorge Mario Cifuentes, quien al tiempo de desearles feliz día, externó su agradecimiento por la dedicación que cada una de las madres trabajadoras de la institución brinda en la atención y cuidado, de las madres y otras personas que asisten en busca de salud.

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