Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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@ppmp82

A punto de cumplir un mes de campaña electoral vemos que todavía no aterrizamos en los temas fundamentales.

Entre los ofrecimientos populistas, entre un Ministerio Público (MP) que quiere que los candidatos no hablen de ciertos temas, entre aquellos que no quieren abordar ciertos asuntos y en medio de las dudas que aún persisten por la manera en la que se cuidarán los votos y se transmitirán los datos el día de la elección, han transcurridos semanas sin debates que agreguen valor.

Para los candidatos es más fácil quedarse por las ramas que abordar las cosas como se debe y el cansancio ciudadano tampoco fuerza a los aspirantes a ir más allá en sus ofrecimientos y promesas. Eso hace que la mayoría de ellas sean como las de Alejandro Giammattei en torno al PARLACEN y la SAAS.

Entramos en la etapa en la que debemos saber qué compromisos han adquirido los candidatos. Durante 3 años que no hacen mucho para vivir se adquieren muchos compromisos y algunos entran en componendas complicadas que al llegar se convierten en camisas de fuerza.

Además, para llenar las casillas de diputados y alcaldes en la mayoría de casos se recibe pago de los aspirantes y en este elección, más que otras, la presencia del narcotráfico es más consistente y preocupante.

Son tantos los temas sobre los que deberíamos estar debatiendo y los candidatos respondiendo que el hecho que prefieran quedarse en la orilla, aprovechando las polémicas y el morbo social que genera el ir y venir entre señalamientos y críticas, nos deben hacer entender que desde el poder del Estado no habrá mucha iniciativa de cambio que nos pueda ofrecer la sostenibilidad que tanto necesitamos.

El martes decía que si Mechito es la estrella de la campaña, debemos entender que la misma está marcada por la “entretención” que puedan ofrecer los candidatos y los contendientes quieren ganarse la emoción del elector y poco hacen para atender a la gente que piensa y medita su voto.

Muchos, otra vez, están pensando en “quién creen que es el menos peor” o en quién votarán “para evitar que otro sea el que llegue” y mientras esos sean factores que marquen el voto de la mayoría estamos en una complicada situación.

Quedan poco más de dos meses y desde la prensa debemos hacer el mejor esfuerzo para buscar respuestas, la sociedad debe demandarlas y los políticos ofrecerlas porque Guatemala se encuentra en un momento clave.

Necesitamos pasos en la dirección correcto y los políticos deberían liderar el camino. Eso termina siendo una utopía y por eso toca a los ciudadanos exigir más y liderar con el ejemplo para ir buscando las maneras en la que podamos buscar sostenibilidad, generar más oportunidades, atraer más inversión y cerrar brechas.

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