Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

El pobre Kevin se pinta de nuevo. Lo hacen repetir como loro las cosas que el pobre ni muy debe entender, pero el punto que el Gobierno ponga al vocero a repetir como loro el tema de la “Convención de Viena” cuando se habla de la comunidad internacional y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), no debe pasar desapercibido.

En el pasado, la comunidad internacional ha trabajado con otros organismos del Estado en fortalecer capacidades o dotarlos de equipo y nadie ha gritado intromisión porque nunca habrá intromisión cuando alguien es invitado por el organismo o la entidad autónoma.

Dentro de la cancillería hay corrientes de pensamiento que aplican lo establecido en la Convención de Viena de manera amplia, pero el criterio más que parejo es dependiente del Estado de humor del Presidente de turno.

Claro está que todos debemos guardar los formas y más en la diplomacia, pero hasta donde yo sé el mismo TSE ha invitado a esa comunidad internacional porque les interesa no empeñar más su carrera por los caprichos de algunos que están gobernando el país como si fuera su empresa privada, construida a base de sudor y lágrimas.

Estiman que si tienen el “acompañamiento” podrán lavar cara con la idea de que fueron elecciones “limpias y transparentes”, extremo que muchas personas dudan y eso es fatal para las democracias.

Pero si el Gobierno se centrara en la atención a los alumnos de escuelas como se enfoca en la comunidad internacional que siente incómoda o en quienes marca como “enemigos”, la realidad a la que habrían vuelto los alumnos en este inicio de clases no lloraría tanta sangre.

El deterioro del sistema educativo lleva décadas y no solo puede ser responsabilidad de este Gobierno, pero Giammattei y la Ministra de Educación han seguido los mismos patrones y creen que al negociar con Joviel Acevedo y evitar que anden en las calles, ya cumplieron con los alumnos y papás que buscan en la educación la ruta sostenible del futuro.

El Gobierno es cómplice, por ejemplo, en los multimillonarios negocios que se arman para recapear carreteras y para lograrlo tienen demasiada diligencia, esa que tampoco muestran en temas fundamentales como la educación y los centros primarios de salud, por mencionar aspectos que sí inciden en el desarrollo integral de las personas.

Y volviendo al plano electoral, alguien le debe decir al Gobierno que más alarmas encienden cuando pretenden que las cosas se lleven en secreto y sin observación internacional. El país no aguanta con que, nuestra frágil democracia, en la que acceden a puestos públicos personas vinculadas al crimen, se siga deteriorando porque los espacios se le seguirán cerrando a los que buscan oportunidades y así ni la macroeconomía aguantará.

Si rechazan la intromisión deben ser consecuentes. Por eso no me hizo sentido gastar $900 mil de Taiwán en reuniones inútiles que buscaban incidir en la política exterior de Estados Unidos, pero nadie anda hablando de intromisión sino de falta de sensatez en la manera que abordan Washington.

La comunidad internacional, a la que el TSE ha invitado, no busca entrometerse sino acompañar, observar un proceso y al mismo ente electoral le interesa y lo quiere porque como ya dijeron en el 2019, eso “inspira confianza”, especialmente el día de la elección y más ahora cuando hay muchas mentes pensando en maneras creativas para incidir en el día de las votaciones.

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