Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Un amigo en la Universidad molestaba y hacía referencia que en casi todas las familias había un “Tío Pajas”, aquel pariente que siempre andaba contando unas de vaqueros y echándose una mentira tras otra, pero generalmente ese familiar era una parte alegre de la junta familiar. Todos terminaban sabiendo y reconociendo que el susodicho era pajerazo y así se tomaban las “charadas” que se echaba.

Pero viendo la realidad, yo me pregunto si el Presidente de nuestro país no anda ya como el tío pajas diciendo cada mentirota sin importarle que mucho de lo que dice no tiene sustento alguno. No es secreto que el mandatario se ha hecho una fama que nadie le puede llevar la contraria porque es capaz de mandar por un “tubo” a cualquiera.

Hoy decía en la Organización de Estados Americanos (OEA) que él defenderá la democracia, pero de todos es sabido que el ex Jefe del Centro de Gobierno y pieza clave en su vida anda en reuniones con incidencia política, presionando a políticos, operando con diputados, alcaldes y hasta magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para asegurar mantener control y poder.

Que la gente no lo denuncie abiertamente no quiere decir que muchas personas no sepan y que eso haga al mandatario a quedar como el famoso Tío Pajas.

Además, decía el mandatario que él no va a tolerar que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) diga en un informe que en Guatemala el Estado de Derecho está “pal tigre” y que por eso, entre otras cosas, nos parecemos a Nicaragua, Venezuela o Cuba, pero resulta que Giammattei anda igual que sus “homólogos” de esos países, es decir eligiendo al Fiscal General que les garantiza impunidad total.

Además, habla el Presidente por medio de un video del Congreso que él refrenda y apoya difundiendo “la protección de la familia como elemento natural”.

Para nadie son un secreto las decisiones personales del mandatario y tiene el derecho a las mismas, pero las debería abordar con franqueza aunque la nuestra sea una sociedad conservadora. Hay muchos que respetamos aunque no compartamos pero siendo el más alto funcionario de la nación las cosas se deberían abordar sin andar escondiendo nada o como se dice popularmente, “como Dios manda”.

Eso que él dice que “nos quieren venir a imponer” son realidades que se dan en el mundo y que él también las vive y por eso es que no deberían andarse llenando la boca con cosas que no tienen sustento en el día a día.

En términos de la infraestructura, el Presidente le echa la culpa a Raymundo y medio mundo, pero nada dice del modelo que ahora controla su Centro de Gobierno por medio del cual se reparten millones que hasta sirven para sacar el efectivo que usan para los pagos en el Congreso.

Desde hace décadas la corrupción en las obras es la forma más lucrativa que hay para amasar millones exprés y si esa es la principal motivación no hay que ser astrofísico de la NASA para saber que las obras que se hacen (si es que se hacen) son de quinta calidad.

Solo el Presidente cree que al no abordar las cosas como son, no queda como el famoso Tío Pajas. En una familia es motivo de risa, pero cuando estamos hablando de un país, de las necesidades de la gente y que por esas pajas la gente honrada se la ve a palitos, no da nada de risa.

Giammattei juró no ser lo que ahora es y todo porque anda centrado en que su Centro de Gobierno tenga poder 4, 8 o 12 años más.

Que no les extrañe que luego, Tío Pajas diga que no hay elecciones en Guatemala porque si se hubieran celebrado, “nos habría entrado el Socialismo” y que es mejor que ellos sigan en control para evitar que eso pase.

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