Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Bien dicen que no hay fechoría perfecta y eso parece confirmarse de nuevo.

Alejandro Giammattei, Presidente y Consuelo Porras, Fiscal General, han trabajado de la mano para asegurar que el primero tenga impunidad gracias a las maniobras de la segunda. Impunidad a cambio de una reelección pactada que se ha visto empañada por las olas de rechazo ante las acciones de impunidad de Porras.

Giammattei debe decidir qué tanto tensa la pita con los ciudadanos de Guatemala y con los países amigos si elige a la señora que habla de Dios y su fe, pero es un Consuelo para los agentes de la corrupción y la impunidad.

Y hago toda esta explicación para que quienes lean esta columna entiendan las razones por las que la Presidencia y la Fiscal General  terminaron actuando en conjunto luego de que se destapó el escándalo: Porras maniobró para que otro caso, con un testimonio clave, quedara en impunidad en favor del Presidente. Primero la alfombra y ahora la llamada que dejó en evidencia del rol de José Luis Benito (el de los Q122 millones) en la campaña de Giammattei.

Se pusieron de acuerdo e hicieron que el medio favorito de ambos, Noti7, saliera en su defensa pero no les ha sido suficiente. Este escándalo es de la época de la campaña pero ¿se imagina usted todo lo que hay por destapar? El Centro de Gobierno no ha dejado de operar en la práctica y ese centro está ejerciendo las funciones que tuvo Roxana Baldetti, es decir, controlar todo y por eso es que hay tanto para estar preocupado.

La forma en la que han salido, lo que han dicho y las excusas que usan confirman que hay testigo, que les preocupa y que no se indagó más porque Porras dispuso dar Consuelo. Recordaba Luis Fernando Bermejo que la FECI no podía pedir ni patrullas sin el permiso de la doña y por eso es que los indicios se quedaron en nada, porque ella no dejó que avanzaran.

Las virulentas capturas de ayer, más las de la semana pasada de personas vinculadas a la FECI demuestran que sí hay indicios que incriminan a quien la señora busca dar Consuelo para que la reelijan. Están cometiendo ilegalidad y media en los procesos contra los fiscales, auxiliares y sus abogados; se han aliado con lo más rancio del sistema (mercenarios y jueces) y han sido tan burdos que están empezando a despertar un poco a la gente.

Giammattei es un sinvergüenza más de los que seguiremos teniendo mientras no cambie el sistema. El Presidente es la fachada de quienes deciden que él haga los negocios y este Gobierno llega a los niveles (o los supera) del partido Patriota, pero con la diferencia que Pérez y Baldetti no pudieron usar el aparato del Estado para reprimir y callar a quienes consideraban enemigos.

Estamos en los niveles de negocio del 2015 pero estos sí controlan todo: Congreso, Corte Suprema de Justicia, Corte de Constitucionalidad, Ministerio Público, Contraloría General de Cuentas y les falta la Procuraduría de los Derechos Humanos; no hay quién investigue ya nada.

Giammattei y Porras evitan entrar el fondo. Se quieren quedar en las ramas y llevar el debate a la forma para no tener que llegar a discutir lo que querían mantener en secreto. Sus actos de estos días los delatan y confirman que están preocupados porque pactaron impunidad y los efectos de esos acuerdos son la razón primordial del desmantelamiento del MP.

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