Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Las clases políticas y sus socios particulares llegan hasta donde se les permite estructuralmente por el sistema y operativamente por una sociedad que no atina a ejercer la ciudadanía de la mejor forma posible.

Lo que está viviendo Guatemala hoy es una consecuencia directa de eso.

Se votó por diputados de un listado porque no hemos hecho la presión suficiente para que votemos por nombres y no por listados y partidos, y seguimos sin ser capaces de presentar la reforma política necesaria para que el próximo Congreso no tenga tantas lacras como este.

Tenemos este Presidente que quedó por eliminación de otros y al que el poder lo ha convertido en el operador y celoso guardián de los negocios que hacen muchos de los cercanos al poder. Dijo que no quería ser recordado “como un hijo de puta más en la historia de este país”.

Tenemos unos magistrados que se eligen no por su capacidad, por su trayectoria u honradez, sino se eligen por esos compadrazgos que tanto han dañado la justicia y que en lugar de convertirla en la red de seguridad de la gente, la utilizan como un instrumento para asegurar que quien no juega bajo las reglas, no sufra consecuencia.

Estados Unidos ha hecho lo propio ante el intento, liderado por el mismo oficialismo y sus tentáculos en todos lados, de acabar con la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI). Las declaraciones del Secretario de Estado, Anthony Blinken a Pedro Brolo, Canciller de Guatemala, no dejan duda alguna y quizá logren postergar los intentos, porque de que quieren quitar la Fiscalía, no hay duda.

Seguirán probando y el éxito que tengan para quitar la FECI vía la inconstitucionalidad será clave, pues no han elegido cortes porque primero desean que la misma Corte Suprema de Justicia (CSJ) presente una acción de inconstitucionalidad para eliminar la Ley de la Carrera Judicial y con eso, no solo recuperar el control administrativo sino, además, elegir a qué salas van los magistrados, cómo premian a los jueces tipo Moto y cómo aniquilan a las jueces tipo Aifán.

Dicho todo lo anterior, no se nos debe olvidar que si deseamos cambios sostenibles en el tiempo, debemos ser capaces de articular entre los diversos sectores para aterrizar las propuestas y procurar las reformas.

En La Hora damos voces a muchas personas de diversos sectores y hemos podido ver que son más los puntos de encuentro que lo de discordia y que lo que hace falta es trabajar más en construir una confianza que solo se puede lograr si se tienen pláticas francas y directas entre los diversos actores.

Como hay tanta desconfianza resulta importante que en las reuniones entre dos partes que “todavía no se confían” puedan participar terceros como testigos y facilitadores para que las mismas sean no solo productivas, sino que se aborden las cosas que sean necesarias para salir de dudas y enfilar en la ruta de la confianza.

A la habilidad de las mafias para unirse, se le debe sumar la inhabilidad social de trabajar juntos y la facilidad con la que pequeñas cosas causan grandes desencuentros.

“Los que son vuelven”, dice el dicho, y pasada la visita de Kamala Harris tratarán de seguir con la idea de la inconstitucionalidad contra la FECI e iniciar una inconstitucionalidad contra la de la Ley de la Carrera Judicial, así que no tenemos tiempo, deberemos “dejarnos de cuentos” y hacer lo necesario para alcanzar los acuerdos.

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