Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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Al explicar que se excusa de conocer el antejuicio contra el juez Xitumul, luego de haber dejado las cosas debidamente arregladas, la Presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Silvia Patricia Valdés, dijo que lo hace porque el proceso está mediatizado, afirmando que “entre las publicaciones se encuentra la publicación (sic) del periódico nacional La Hora de fecha 26 de octubre de 2021, en la página tres indica cómo título ‘CSJ rechaza por cuarta vez solicitud de juez Xitumul para incorporar pruebas de descargo’. Con este tipo de información se predispone al antejuiciado y a la propia población, circunstancia que conlleva una franca interferencia en la independencia judicial, ya que por medio de la prensa escrita se está ventilando un proceso que corresponde dilucidarse en la vía judicial”.

En otras palabras, según la experta en derecho, la prensa no tiene por qué andar publicando nada de los procesos que se ventilan en los tribunales porque cualquier publicación resulta en una interferencia que afecta la independencia judicial. Como hubiera dicho aquella su amiga, “la Paty quiere una prensa relinda”, que se haga babosa de las decisiones judiciales y que no informe a la población, por ejemplo, que por cuarta vez consecutiva la Corte Suprema de Justicia rechaza solicitud de Xitumul para incorporar al proceso pruebas de descargo, no obstante que ese es un derecho elemental de cualquier sindicado.

Lo que ocurre en un proceso penal y que no se encuentre bajo reserva puede ser publicado sin censura alguna por la prensa nacional, aunque ello moleste tanto a la Presidenta de la Corte Suprema de Justicia y lo mismo aplica cuando ella acude a una citación que le hace el Presidente, junto a la Fiscal General, para ver cómo apacha el clavo de una investigación que puede terminar dañándole porque tiene que ver con la forma cómo en su casa se recibió una alfombra, la cual envolvía billetes como generoso regalo de unos inversionistas rusos.

La labor de la prensa no tiene por qué ser del agrado de los funcionarios y menos si éstos actúan evidentemente en contra de los elementales principios y valores. Lo que en todo caso la magistrada Valdés debiera hacer es cuestionar si lo publicado en La Hora corresponde a la realidad, pero ella sabe perfectamente que si se rechazó por cuarta vez la solicitud del juez en el proceso de antejuicio en su contra y que no hubo ninguna falsedad de parte nuestra.

No nos interesa ser “relindos” ni andar quedando bien con nadie, especialmente con funcionarios que son parte de la componenda a favor de la impunidad y en contra de la lucha contra la corrupción. Magistrados que son producto de la cooptación del Sistema de Justicia realizado en el manoseo de las podridas Comisiones de Postulación y que con sus acciones nos expresan de manera cotidiana y sin el menor rubor hasta dónde hemos llegado en la prostitución de nuestras instituciones, entre ellas las más valiosas por su responsabilidad en la administración de justicia.

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