Aunque en Guatemala ocurren seis muertes diariamente en accidentes de tránsito, las autoridades viales y los diputados al Congreso de la República ni siquiera se “inmutan” por la pérdida de vidas, cuyas estadísticas se han convertido en la segunda causa de muerte, lo cual tiene con los “pelos de punta” a los expertos en temas de siniestralidad vial
Los diputados tienen “engavetada” una propuesta de reforma a la Ley de Tránsito, la cual daría poder coercitivo a las Policías Municipales de Tránsito (PMT), las cuales se encuentran con una norma que no permite cambiar la conducta de manejo que tienen los guatemaltecos en este momento.
Cómo ejemplo, sin mencionar otros peores, podemos mencionar que la mayor parte de conductores se ha acostumbrado a pasarse los semáforos en luz roja, lo cual es totalmente prohibido y para colmo de males los agentes viales tampoco les interesa evitar esa situación, se hacen los “locos” como decimos cuando suceden este tipo de hechos.
En cambio, en El Salvador, cuando el número de fallecidos por percances viales es menor a nuestro país, la Asamblea Legislativa de El Salvador, de amplia mayoría oficialista, aprobó este miércoles aumentar el valor de las multas por infracciones a la ley de tránsito y reducir a 25 miligramos el límite máximo permitido de alcohol a los conductores, según lo reportado por medios de comunicación salvadoreños.
Esto demuestra que cuando los mal llamados “Padres de la Patria” tienen intereses sociales legislan en beneficio de las mayorías y no como ocurre en Guatemala que los parlamentarios que se preocupan más por ver como se agencian de proyectos que les dejan jugosas comisiones y los convierte, cada cuatro años, en los nuevos ricos de este país.
Los reportes de los medios de comunicación salvadoreños señalan que en promedio diario en El Salvador ocurrieron 48 accidentes viales el año pasado (2022) y se reportaron 28 personas lesionadas por día y 4 fallecidos, una cifra menor a la que marcan las estadísticas nuestras.
Esta situación si provocó la preocupación del gobierno del presidente Bukele, que promovió los cambios aprobados por la Asamblea Legislativa que ha legislado que el costo de las multas por infracciones leves pasará de 11,43 dólares a 50 dólares, el valor de las graves de 34,39 dólares a 100 dólares y el costo de las muy graves de 57,14 dólares a 150 dólares.
Además, el pleno de diputados ha decidido reducir a 25 miligramos el límite máximo permitido de alcohol para conducir, cuando antes de las reformas era de 49 miligramos, y se habilita la utilización de cámaras de video, radares y otros sistemas electrónicos para la detección de las infracciones de tráfico y se enviaría la notificación al conductor por correo electrónico o por telefonía móvil, según las publicaciones de prensa.
Es bien interesante mencionar que en el país hermano, el Observatorio Nacional de Seguridad Vial reportó siniestros viales contabilizaron 1 mil 352 personas fallecidas, solamente 6 menos que las computadas en 2021 cuando sumaron 1 mil 358, según los datos.
En Guatemala mueren anualmente más 2 mil 800 motoristas y unos 10 mil sufren lesiones graves derivadas de este tipo de accidentes, sin contar lo que fallecen en accidentes de vehículos de cuatro ruedas, los cual nos pone como el quinto país con más muertes solamente por debajo de Brasil, Colombia, Venezuela y México.
Estas estadísticas son preocupantes porque la cantidad de accidentes han aumentado en un 33 por ciento con relación a años anteriores, pero las autoridades encargadas de velar por el cumplimiento del Reglamento de Tránsito, no se ven preocupados, están más interesado en multar a los motoristas por los ruidos estridentes que provocan sus vehículos y no ver cómo reducir la pérdida de vidas humanas.
Por favor señores diputados hagan algo para evitar que siga derramándose sangre en el asfalto, denle herramientas legales a los entes encargados de velar por la seguridad vial y evitemos que muchas familias, sigan sufriendo la pérdida de seres queridos, es momento de legislar para que en Guatemala no se pueda comprar una licencia de conducir y que los conductores nos aprendamos la Ley de Tránsito, para evitar la gran cantidad de accidentes que ocurren diariamente en esta “bendita tierra”.