Baldizón se refirió al presidente Alejandro Giammattei. Foto: La Hora/Presidencia

El flamante vocero presidencial dijo que “es deleznable politizar la salud de una persona” en respuesta a la petición que hiciera el diputado Aldo Dávila sobre una comisión que determine la condición de Alejandro Giammattei. Por supuesto que entendemos que el portavoz de la Presidencia no tiene ni idea de lo que significa para la institucionalidad la condición física o mental del gobernante en cuanto a su capacidad para el ejercicio de las funciones correspondientes, pero es obvio que su salud es un asunto de interés nacional porque no se está hablando de un aspecto de vida privada, sino del impacto que en la función pública puede tener alguna dolencia.

La vida privada de las personas tiene que ser respetada, ciertamente, pero cuando se trata de un funcionario público hay cuestiones que trascienden esa esfera porque lo que pase o pueda pasar tiene profundas implicaciones para el país. La falta de información veraz y precisa sobre la condición de Alejandro Giammattei da lugar a muchas especulaciones, como se puede ver en las redes sociales, y las mismas pueden ser o no falsas. La única forma de saber la realidad es mediante una actitud responsable de la misma Presidencia de la República para informar a la ciudadanía, de manera que nadie pueda aprovechar alguna especie de incapacidad para hacer de la suyas.

Es pública y notoria la ruptura existente entre el Presidente y el Vicepresidente, razón que hace aún más compleja y delicada la situación porque, en condiciones normales, simplemente se sabría que en caso de alguna limitante para el normal desempeño de las funciones del Jefe de Estado, se observaría el procedimiento establecido en la Constitución, mientras se resuelve la incapacidad temporal. Lo que no se valdría es que alguna clase de “poder fáctico” asuma ese rol sin que la ciudadanía esté enterada de lo que pueda estar pasando.

La transparencia es indispensable y exigirla no es politizar la salud de una persona. Si el vocero se enferma puede guardar el secreto y nadie va a reclamar, pero cuando quien puede estar enfermo es el Presidente de la República no ocurre lo mismo porque no es cualquier pelagatos sino el responsable de la conducción del país y eso cambia la situación. El tema, por supuesto, es de interés nacional y no puede ser manejado al gusto del cliente.

Deseamos que el Presidente esté repuesto de la dolencia que le llevó al hospital recientemente y que ningún grave mal le aqueje, pero es indispensable la transparencia en el manejo de esa información.

Redacción La Hora

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