Los cuerpos de socorro respondieron al llamado de auxilio de las ciudadanía afectada por la tormenta. Foto La Hora/Ejército de Guatemala

Es digno de encomio el papel jugado por las fuerzas de socorro, incluyendo en el caso presente a las fuerzas de seguridad, en la atención a las víctimas de la tormenta Julia causante de estragos en el territorio nacional. Nada se puede regatear al esfuerzo realizado que se tradujo en el rescate de mucha gente afectada y que se encontraba en serio peligro de muerte por las inundaciones y deslaves generalizados en nuestro territorio.

Sin embargo, debemos destacar la falta de una política nacional de prevención, lo cual es inaudito si sabemos que por nuestra ubicación geográfica estamos expuestos a esos fenómenos naturales cada vez más corrientes y severos como resultado del cambio climático. Lo único cierto a tomar en cuenta es que Julia no será la última tormenta en Guatemala y por ello es indispensable, para Conred, dejar por un lado esa política ajena a la prevención.

Detectar los lugares de riesgo debe ser una prioridad todo el tiempo para los técnicos, de manera que cuando se anuncia con cierta anticipación la formación de una tormenta, se pueda notificar a quienes los habitan y ayudarlos a evacuar oportunamente, haciéndolos ir a refugios precisamente antes del inicio de los efectos del fenómeno meteorológico. Entendemos que la pronta respuesta es absolutamente necesaria, pero mucho más lo es diseñar mecanismos para actuar con alertas tempranas enviadas a toda la población.

Eso es mucho más importante que declarar esos Estados de Calamidad, pues la experiencia demuestra cómo únicamente sirven para incrementar el ritmo de la corrupción pues la población nunca llega a percibir otros efectos. Las tormentas anteriores y los terremotos sufridos, son una muestra clarísima de cómo la urgencia por declarar un Estado de Calamidad es solo para abrir la llave de adquisiciones sin transparencia ni control, pues nunca se convierten en atención más eficiente para los pobladores afectados.

Insistimos en la importancia de la reacción de los cuerpos de socorro pues es fundamental, como siempre ha sido, y esta vez fue todo lo rápida dentro de la penosa condición las distintas rutas nacionales. Sin embargo, en la medida en que se adopte una cultura de prevención se reducirá el nivel de riesgo para la población, sobre todo cuando son tormentas cuya trayectoria se puede predecir, situación imposible cuando se trata de terremotos.

Para mucha gente, Julia vino a agudizar sus condiciones de pobreza y marginalidad, situación que no se resolverá con ninguna acción del Estado de Calamidad.

Redacción La Hora

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