El lunes el Cardenal Álvaro Ramazzini presentará, junto a otros ciudadanos, la Convergencia Nacional de Resistencia. Foto La Hora

Alcanzar acuerdos en medio de la polarización en que maliciosamente nos han colocado, precisamente para sembrar tal división que seamos todos contra todos, no es cosa sencilla y se requiere de planteamientos muy serios, alejados de cualquier postura radical, que permitan avanzar en el entendimiento de la dimensión de la crisis para encontrar los puntos en común que permitan trabajar por una considerable unidad dentro de la sociedad guatemalteca.

Cualquiera que haga propuestas para enfrentar a un sistema corrupto que controla toda la institucionalidad será atacado por todos los flancos posibles con el poder que tienen, sobre todo, en esas redes sociales en las que invierten mucho recurso para incrementar esa polarización que se nutre de toda una serie de engaños y teorías de conspiración que persiguen destruir a los que cuestionan al poder tenebroso.

El lunes el Cardenal Álvaro Ramazzini presentará, junto a otros ciudadanos, la Convergencia Nacional de Resistencia que persigue, justamente, utilizar todos los medios legales y pacíficos para ofrecer resistencia a ese proceso de consolidación de una Dictadura de la Corrupción que se manifiesta en el control absoluto sobre toda la institucionalidad pública, incluyendo no solo los tres poderes del Estado sino el control del Ministerio Público, el TSE, la Contraloría, más de 200 municipalidades y entidades autónomas, como la Usac, aglutinadas para el manejo del presupuesto.

La articulación de un movimiento que busque integración de todos aquellos sectores y ciudadanos que se resisten a aceptar como inevitable el derrumbe y hundimiento que se vive en el país provocará, sin duda, agrias reacciones y vendrán serias campañas de desprestigio no solo contra Ramazzini, quien actúa como ciudadano aunque advierte que no puede desligarse de su condición de prelado, sino de todo aquel que se sume públicamente y no faltarán aquellos que, mientras aplauden a pastores que defienden la corrupción, critican al religioso.

No se trata de un movimiento político con fines electorales, explicó Ramazzini en la entrevista que ayer otorgó a La Hora, sino de un esfuerzo por resistir al embate constante, abrumador y total que mantiene esa vigorosa alianza que trabaja para consolidar tanto la corrupción como la impunidad para los corruptos y para aquellos que históricamente se han beneficiado del papel de un Estado que ante ilegalidades de poderosos individuos se hace de la vista gorda.

Hemos señalado el terreno fértil que nuestra indiferencia ciudadana ofrece para expandir el dominio de la corrupción y la impunidad, y reconocemos la falta de liderazgos derivada de esa descalificación brutal que hacen los polarizadores, cosa que se repetirá ante esta propuesta.

Redacción La Hora

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