Con la cantidad de migrantes guatemaltecos, que cada día se incrementa por la falta de oportunidades en el país, el Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala, Conamigua, debiera ser una de las instituciones más importantes y además más eficientes porque nuestros compatriotas realmente necesitan acompañamiento y ATENCIÓN, que es lo que en teoría debiera brindarles ese mamotreto bueno para nada más que para ser parte del botín político que se reparten todos los que están comprometidos con la política de Estado a favor de la corrupción y la impunidad.
El año pasado Conamigua dispuso de un presupuesto de 38 millones de quetzales y únicamente utilizaron el 30 por ciento de lo asignado porque es lo que cubre los sueldos del personal de la institución, mismo que está allí devengando un salario como parte de ese botín político pero no tienen ni deseo ni capacidad para realmente atender las necesidades de los migrantes. Al fin y al cabo fueron nombrados como una especie de premio en esa piñata en que han convertido la institucionalidad pública.
Los migrantes debieran recibir atención permanente para ilustrarlos sobre cómo pueden llevar mejor su vida en el extranjero y tratar de regularizar su situación. Asesoría sobre cómo se han modificado las regulaciones del asilo, por ejemplo, y acciones para acelerar la unificación de los niños que fueron separados de sus padres y que están en manos de la autoridad migratoria. Debieran tener acceso a instrucciones sobre la forma en que pueden obtener o renovar sus documentos de identidad y, en fin, toda una gama de políticas que podrían realmente asistir a los millones de guatemaltecos que se fueron del país agobiados por su situación económica.
Este año se ha llegado al colmo del descaro porque proponen incrementar en diez veces la asignación de Conamigua, misma que ahora debe ser el 0.05% del ingreso de remesas pero que en el Congreso plantean, en una nueva ley para la entidad, incrementar al 0.5%. Ello no obstante que el ingreso de divisas es tan fuerte que prácticamente está sosteniendo la economía nacional.
No hay ningún plan ni estrategia para ayudar al migrante. Son tan inútiles que dejan el 70 por ciento del presupuesto sin tocar (ni siquiera con el incentivo de que aquí en todo se puede robar) porque les basta el premio de plazas en las que devengan sueldo sin tener que hacer nada. No solo es una vergüenza lo que ocurre sino que es una grave ofensa para la población migrante, esa que mantiene al país con las remesas.