Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

El día martes expresé en mi columna que se está dando un peligroso patrón en muchos actores que hablan de lo que está pasando y enseñan las pruebas pero no desean que las mismas salgan a la luz, no quieren denunciar en el Ministerio Público (MP) porque saben que nada va a pasar y por tanto, quedarán expuestos y en riesgo.

El Gobierno lo sabe y por eso es el argumento que usa el Secretario de Comunicación Social de la Presidencia (SCSP). Kevin López es el secretario de turno y al final el pobre está cuidando su chance entonces envía lo que se le ordena pero me llama la atención que usan el argumento que no existen pruebas porque saben que así el régimen ha causado miedo en muchos actores.

Resulta que en La Hora no somos de chismes periodísticos. Nos hemos quedado sin dar mucha información porque no tenemos manera de verificar, porque algunas fuentes quizá no inspiran tanta confianza o porque los elementos no son sólidos y lo hacemos porque es nuestra obligación para con la sociedad actuar con plena responsabilidad. Si cometemos un error damos la cara.

Pero en este caso de la contratación de un bufete que nos costará millones de los impuestos hay todo el soporte necesario. Sabemos de las instrucciones en nombre del Presidente, tenemos las constancias, los contratos con los bufetes y más, pero el punto es que el Gobierno confirma su estrategia.

Alejandro Giammattei ha llamado gente para insultarlos cuando algo no le parece y han ido sembrando miedo. Controlando el MP y la CC (solo por mencionar los dos más importantes) tiene la sartén por el mango porque quien no se le cuadre, el que resulte incómodo o se atreva a expresar algo que afecte a su Gobierno, sufrirá las consecuencias.

Están más en riesgo quienes denuncien que quienes se roben el dinero y eso nos debe decir todo de cómo están las cosas. El régimen seguirá en su esfuerzo por acallar voces, por allanar caminos para el control total pues su meta es quedarse en el Gobierno y para ello harán todas las maniobras para lograr el silencio de quienes puedan ser incómodos.

La ruta de Giammattei es la misma que ha tomado Daniel Ortega quien complace los deseos de Rosario Murrillo y aquí todo gira alrededor del Centro de Gobierno y los deseos de seguir flechados en el poder. Cada vez más gente lo reconoce y se preocupan, pero poco hacen por lo mismo, porque si “Giammattei se enoja” que Dios nos acompañe, expresan algunos.

La piñata electoral está en juego y por eso la maniobra para que los Codedes sean los entes rectores del dinero de la campaña es ya una realidad que el Gobierno también quiere negar, pero es imposible tapar el sol con un dedo.

Una sociedad cuyos actores se callan por miedo al Autoritario es una que empieza a mostrar peligrosos síntomas y no hay que ir muy lejos, basta ver Nicaragua, para darnos cuenta cómo termina este cuento. Poco le falta a estos para terminar de sacar las garras y será tarde porque quien se oponga a que el Centro de Gobierno designe al futuro presidente de Guatemala, caerá en desgracia y lo clavarán con todos los elementos que han ayudado para asegurar el control.

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